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Ha pasado una semana desde que el doctor ha estado evaluando a mi madre. En dos días estará operándola, y ella aún no sabe de mi existencia, y es mejor así; no es el momento adecuado. Me he mantenido algo distante para no arriesgarme a ser vista por ella. Su condición es muy delicada. Mr. Jefferson no se ha separado de ella en ningún momento, eso es lo que me mantiene algo relajada.

Por la oficina las cosas no andan muy bien, desde el incidente de la última vez las cosas han estado algo complicadas. Han venido varios agentes para hacer la investigación. Kanji regresó hoy del viaje, pero todo ha recaído sobre mi por ser dueña de la empresa. A pesar de que no han encontrado nada, no han detenido la investigación. Akira me ha acompañado en todo el proceso, pero no es mucho lo que se pueda hacer. Él ha estado atendiendo directamente a los agentes, tenemos que permitir que hagan su trabajo. La citación es mañana, estaremos enfrentando cara a cara a los Huswan en la corte.

—Siempre supe que esto sería un problema, Kanji— le dije.

—No tienes que pensar en eso. No encontraran nada, solo necesitas dar tu testimonio en la corte y caso resuelto. Yo daré la parte mas importante, pues de ese proyecto he estado a cargo yo personalmente.

—¿Qué sucederá con el proyecto que está en pie?

—Nada, hay mas inversionistas interesados. No necesitaremos de ellos. En esa corte saldrán con el rabo entre las patas. Recaudé información y logré conseguir copia del primer contrato que nos brindaron, donde estaba más que claro su estafa.

—¿Estás queriendo decir que ellos serán quienes saldrán perdiendo?

—Así es.

—Eso nos traerá mas enemigos, Kanji.

—Lo mas probable, pero no te preocupes, de eso me encargo yo, tu solo preocúpate en dar tu humilde y sincera declaración en la corte.

—Quería discutir otro tema contigo, Kanji.

—¿Qué tipo de tema?

—Quiero aprovechar este momento que estamos solos y que me cuentes lo que sabes de los hermanos de Akira.

—No deberías mezclarte en esto, linda.

—Yo no te estoy pidiendo consejos, te estoy diciendo que me cuentes todo lo que sabes. Estoy segura que mi esposo te ha hablado de sus planes y quiero saber sobre eso.

—No soy un soplón. Los planes que tenga Akira conmigo, no creo que deba tocarlo contigo, hermosa. Será mejor que te mantengas fuera de esto.

—¿Qué quieres a cambio?

—¿Estás intentando persuadirme? —sonrió burlón.

—Sí, eso quiero. Soy su esposa, y tengo el derecho de saber lo que piensa hacer, ya que gracias a sus planes siempre vengo pagando yo. Una ves creí haberte escuchado decir que contaría contigo, me pregunto si solo fue mi imaginación o fue una mentira. Luego de todo lo que ha pasado, creí que podía contar al menos contigo, pero veo que nadie está de mi parte.

—Estás mezclando las cosas, Lisa. Como te dije esa vez, no mezclo lo personal con los negocios. No me gusta que me utilicen, y eso estás tratando de hacer.

—¿Estás completamente seguro de que no te gusta que te usen? Hasta ahora te has dejado usar de Akira, y ha sido por ese estúpido proyecto. ¿Por qué te molestaría que te use yo ahora?

—Dime cuales son tus intenciones, y quizás tome en consideración la oferta.

—Quiero nuestra tranquilidad, en especial la de mis hijos. Con esas personas peligrosas sueltas, mi vida seguirá siendo una maldita tortura. Ellos están detrás de Akira, y no les importará herir a quien sea, con tal de matarlo. Con esta identidad que tengo ahora, puede ayudarme a mantener un bajo perfil, pero él no lo tiene. Cualquiera que este cerca de él, no importa a donde viajemos, nos encontraran y no quiero vivir más tiempo de esta manera. Quiero ayudarlo de otra forma a conseguir lo que él quiere, y para eso quisiera contar contigo. Si los encontramos primero, podemos sacarlos del camino antes que nos madruguen, y así todos felices.

—¿Sabes en el peligro que te estarías exponiendo, preciosa?

—¿Crees que me importa lo que suceda conmigo? Solo quiero el bienestar para mi familia.

—A mi si me importa, y a Akira también. No deberías exponerte más de lo que ya lo has hecho.

—¿Hay alguna otra opción? Ocultarnos no servirá de nada, tarde o temprano nos encontrarán, y cuando lo hagan, terminarán matándonos.

—Lo siento, pero no puedo ayudarte. Akira sabe hacer su trabajo, y si se entera que estas tratando de hacer algo por tu cuenta, quien sabe lo que haga.

—Sí, un trabajo excelente como lo ha hecho hasta ahora — respondí sarcásticamente.

—Quita esa idea de tu cabeza. Hacer algo por tu cuenta sería mas arriesgado y solo complicaría las cosas más de lo que ya lo están.

—Gracias por el consejo, pero no lo necesito.

—Me estás poniendo en una posición complicada, lisa.

—Haz lo que creas conveniente — lo encaré—. Sabía que eras un cobarde y bueno para nada. No vuelvas a hablarme sobre tus sentimientos baratos, cuando ni siquiera tienes los huevos de hacer algo tan sencillo por mi— traté de caminar, pero Kanji me agarró la mano.

—No juegues conmigo, linda. Si no te ayudo es porque sé lo peligroso que es la situación. En otras circunstancias, te bajaría la luna si me la pides.

—No juegues tú conmigo. No me importan tus razones, ahórratelas. Hagamos de cuenta que esta conversación jamás se dio. Permiso— me solté de su mano y salí de la oficina.

Sé muy bien que esto es arriesgado, pero si continúan las cosas como van, no vamos a poder tener una vida normal. Si Akira hubiera desistido de buscar a esa venganza, nada de esto estaría pasando. Ya es tarde para arrepentirse, solo se tiene que aprender a vivir con ello. No quiero arrastrar a mis hijos a la misma miserable vida que tuve que vivir. No quiero que ellos tengan el mismo destino. ¿Por qué nadie lo entiende?

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