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Sr. Xiao:

Este hombre se ve mucho más peligroso que Akira. Si estoy de su lado y hago todo lo que dice, puedo hacer pagar a Akira.

¿Dónde están las sirvientas?

Me asusté al ver que toda la casa estaba llena de cadáveres. ¿Y ahora como consigo empleados?

Lisa:

Al día siguiente:

Subimos al Jet y Akira subió conmigo.

-¿Ya no sientes miedo?

-Para nada, supongo que ha sido gracias a ti, Akira.

-¿Sabías que 2 de cada 10 aviones sufren fallas durante el viaje?- burló.

-¿Acaso intentas asustarme? Si es así, ya lo lograste.

-Ven con papi entonces.

-¿Esas eran tus sucias intenciones?-fruncí el ceño.

-Debes compensarme por haberme obligado a cancelar nuestras vacaciones para ir de nuevo a tu casa, además no creo que haya sido una buena idea. No han encontrado a Carter todavía y estaremos en alto riesgo.

-Nunca me has dicho qué tipo de persona es Kanji.

-Si tanto quieres saber, te diré. Él, al igual que su padre, solamente le importa el negocio; y por cuidar del negocio, hacen todo tipo de trabajo; en pocas palabras, es alguien inescrupuloso. Su debilidad son las mujeres. No puedes dejarte llevar por su apariencia. Como actúa con las mujeres, no es como actúa con alguien común. Ahora que te ve como su enemiga, tanto como a mí, es bueno que te mantengas junto a mi. Yo te protegeré.

Es difícil creer todo eso de Kanji. Aunque sus ojos llenos de odio ese día, era más que obvio que no sea más esa dulce persona que conocí. Si tan solo pudiera explicarle todo lo que pasó, podría sentirme un poco tranquila, pero ¿cómo puedo hacerlo? En este momento debo ser la persona más detestable ante sus ojos.

-¿Por qué te quieres quedar con su negocio, no es suficiente con todo lo que tienes?

-Tal parece que aún no dejas de pensar en Carter. ¿Sigues dudando de lo que digo sobre él? Su maldito negocio no es lo que me importa, pero mis razones detrás de todo esto, no tengo por qué discutirlas contigo.

Entonces si no es el negocio, ¿Qué podría ser?

-Disculpa, solo tenía duda. No volveré a preguntar sobre eso- caminé al baño para estar un tiempo sola.

Hablar de ese tema con él siempre causa que me de ese mirada tan fria. Debe ser algo realmente importante para él, como para que no desista de la idea, aún habiendo sucedido esto con Kanji.

Me sentía un poco mareada. Debía ser por los nervios. Tengo que relajarme.

Escuché un leve toque en la puerta y luego la abrieron, creí haberla cerrado con seguro.

-Akira, ¿Qué pasa?

No parecía la misma persona que hace un instante dejé. Su rostro emitía tristeza, pero a la misma vez molestia. Me agarró el brazo sin ninguna palabra y me llevó a la cama.

-Akira, ¿Qué te pasa? Me estás lastimando.

-Te prohíbo que vuelvas a dejarme solo-fueron la últimas palabras que escuché de su boca, antes de que me abrazará fuertemente sin dejarme escapar de sus brazos.

Se quedó dormido un poco tiempo después. Cada día entiendo menos su actitud. No podía soltarme de sus brazos. Su manera de mostrar las cosas sin palabras a veces es aterradora o incomoda. Todo lo que hace me produce más miedo que otra cosa.

Estaba muy cerca. Parecía un niño durmiendo. Creo que él no pudo tener mucho de esto. Su rostro se veía muy relajado ahora. Podía oler su perfume, escuchar su respiración y su corazón latiendo fuertemente. Mis ganas de soltarme eran menos. No sé cómo hace para que cambie de opinión tan rápido. Es un ser tan malvado que ni siquiera puede decir lo que siente, ¿cómo puedo sentirme así por él?

Entre mis pensamientos y esa pregunta, sin darme cuenta, terminé dormida.

-Llegamos a nuestro destino, Sr. Akira. Siempre es un honor servirle -le dijo el piloto.

El tiempo había pasado muy rápido. Recordar cómo dormí con Akira hace que sienta vergüenza. Sentía mi rostro muy caliente e intenté evadir su mirada cada vez que pude. Él actúa igual como si nada hubiera ocurrido. Claro, para él es normal dormir con mujeres. Él fue el primero con el que e pasado este tipo de cosas, ¿Por qué él debería sentir vergüenza de eso?

-Te llevaré a la casa directamente. Yo iré a llevarle los documentos a tu padre.

-No creas que irás solo. Te dije que quería hablar con mi papá-gruñí molesta.

-Es arriesgado, niña. Será mejor que te quedes en la casa.

-¡Te dije que no!- no medí mi tono de voz, y creo que lo hice molestar.

-Eres una niña muy insolente. No me das opción. Vamos a ir juntos, pero no te dejaré sola con ese pendejo, ¿Quedó claro?

-Sí- asentí con mi cabeza.

Hemos llegado a la casa de mi padre. Toda la casa se veía vacía. Desde que mi madre se fue, parece que las cosas no han sido alegres en esta casa. ¿Cómo verle la cara a mi padre luego de todo lo que ha hecho?

Me dirigí al estudio que es donde siempre está.

-No hay nadie en la casa. Esto es muy inusual-dijo Akira.

-Pero el auto de mi padre está en el garaje. Será mejor que busquemos por los alrededores. Debe estar en algún lado, lo más probable intoxicado como siempre.

Sr. Xiao:

Llamada telefónica:

-Acaba de llegar mi hija y el Sr. Akira a la casa, ¿Qué debo hacer?

-¿No hay nadie escuchando?- preguntó Carter.

-No, señor. Ellos me están buscando.

-Busca una oportunidad de darle este teléfono a tu hija.

-¿Eso solamente, señor?

-Sí, enviaré unos hombres para que sigan a esos dos. Tienes que entretenerlos.

-Sí, señor.

Lisa:

Mi padre bajó las escaleras y, al verme, se acercó.

-Tanto tiempo sin verte, hija.

-¡Eres un descarado!- le di una bofetada al verlo-. ¿Cómo te atreves a hablarme normal después de todo lo que le hiciste a mi mamá?

-Ven aquí, Lisa- me dijo Akira-. He venido con el título de tu casa. Te daré sólamente un día para que se marche y no quiero protesta.

-¿Piensas dejarme en la calle? ¡Eres un cabrón! Me quitas a mi hija y ahora crees que puedes acabar con el trato así como así -gruñó molesto.

-Si puedo. Su hija está conmigo por decisión propia, no es algo que un viejo como tú pueda entender. He sido generoso ya que es el padre de ella, deberías darme las gracias.

-No tengo que darle las gracias a una rata como tú. Lisa, no confíes en este maldito cerdo.

-Esa debe ser mi línea, ¿No lo crees, Sr. Xiao?

-¿Pueden dejar de discutir?-grité con todas mis fuerzas-. Solo te diré una cosa; ¡Eres un maldito! Espero que todo el daño que le has hecho a mamá te lo hagan pagar. Te mataría con mis propias manos si pudiera, porque no mereces llamarte hombre. Te creí diferente. No sabes tampoco cómo lo he pasado y estoy segura que no te importa. Le mentiste a mamá sobre dónde estaba. ¿Por qué no le dijiste la verdad? ¿Por qué no le dijiste que fuiste tú quien me regaló, para poder disfrutar de tu maldito vicio? Eres el peor padre que pueda existir. ¡Ojalá te mueras! ¡Te odio!

-Lisa, solo lo hice por el bien de tu madre. Tu madre necesitaba la casa. Sabes que la casa es bien importante para ella.

-¡Mentiroso! ¡Mentiroso! ¡Mentiroso! - grité sin querer escucharlo.

-¿Por qué no regresas conmigo? Podemos ser igual de felices que antes.

-¿Te volviste loco, papá? Nada será como antes. El tiempo ni lo que ha pasado puede cambiar. Cuando necesité de ti, de tu apoyo, de tu amor, jamás estuviste. Todo para ti ha sido el maldito vicio, el alcohol y las apuestas. Tu familia jamás te ha importado. Espero luego de hoy, nunca más volver a verte-sentí un leve desbalance

-Lisa, ¿estás bien? - Akira me sujetó en los brazos-. Quédate tranquila. Yo acabaré con esto. Será mejor que nos vayamos.

-Estoy bien, no te preocupes-dije, retomando mi postura-. Espero que jamás vuelvas a aparecer en nuestras vidas.

-Ya lo sabe, Sr. Xiao. Solo tienes un día.

-¿Puedo pedirte una última cosa? Prometo que nunca más los volveré a buscar.

-¿Ahora qué quieres?-pregunté molesta.

-Quiero un último abrazo de mi hija. No es mucho pedir, ¿Verdad?

-¡Cerdo!- gruñó Akira.

-No lo mereces, pero si es la única manera que tendrás para dejarnos tranquilos, lo acepto.

Me acerqué a darle un último abrazo a mi padre, y me alejé rápidamente.

-Ya con esto es suficiente. No nos vuelvas a molestar nunca más. ¡Adiós!- caminé a la entrada junto a Akira.

-¿Te sientes mejor? Vamos a ir a comprar algo de comer -me llevó al auto, y me sentó en la silla del pasajero.

-Gracias, Akira -le dije en lágrimas.

-¿Por qué me agradeces?

-Por todo.

Aunque no diga en palabras lo que siente, lo muestra con hechos y hasta ahora me ha mostrado que es en la única persona con la que puedo contar. Puede que no sea tan mala persona como creí.

El tema de mi padre queda prohibido de ahora en adelante. En ese abrazo se acabó todo. Ya está muerto para mí.

Llegamos a la casa. Quisiera ir a ver a mi madre, pero me siento muy cansada. Han sido muchas emociones juntas hoy. Será mejor que descanse.

-¿Te molesta si me acuesto un poco?- le pregunté.

-No tiene porqué molestarme. Tengo que ir al negocio de igual manera. Ve a darte un baño y descansa un rato. Ha sido un largo viaje y muchas cosas han pasado. Ve a dormir, corderito-puso su cálida mano en mi cabeza.

Se ha vuelto muy amable en tan poco tiempo

Akira se fue y subí a mi habitación. Me iré a bañar y veré si puedo descansar algo, porque me estaba sintiendo muy mareada.

-¿Se encuentra bien?-preguntó la empleada al entrar a la habitación.

-Sí, solo estoy un poco mareada.

-¿Mareada? ¿Regresó resfriada?-preguntó preocupada.

-No, no te preocupes.

-¿No estará embarazada?

-¿Qué cosas dices? Eso es imposible.-respondí nerviosa.

Ahora que lo pienso, estoy un poco retrasada. Eso sería algo desafortunado. No sé cómo tome algo así Akira, pero ni siquiera se ha protegido las últimas veces que hemos estado juntos. No puedo quedarme con la duda. Me sentía entre la espada y la pared y, aún no hay nada concreto. Tengo que guardar la calma.

-¿Puedes guardar este secreto, por favor? No es nada seguro y no tengo manera de saber.

-Yo puedo ayudarla, señorita. Puedo salir a la farmacia y comprarle una prueba.

-¿De verdad haría eso por mi?

-Claro, señorita. Ya se la traeré. Espérame aquí.

Un hijo con Akira en un momento como este, donde hemos tenido tantas preocupaciones y problemas, no creo que sea adecuado, pero supongo que no es algo que tenga su momento. Nadie está preparado para algo así. No es que no me haga feliz la idea, pero no sé si Akira sea el indicado.

Un teléfono sonó, y pensé que debía ser Akira. ¿Acaso se le olvidó decirme algo? Cogi el teléfono que estaba en mi bolso, pero nunca había visto este teléfono. ¿Será de Akira? Era un número desconocido, ¿Debería responder?

-¿Bueno?-respondí.

-Hola, Kyomi. Tanto tiempo sin hablarte.

-¿Kanji?

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