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Capítulo 11

Theo detiene su marcha y se pone a tantear la nieve hasta que encuentra su pilar, lo lee y exclama.

-¡Quedamos 71!.

Cambia su ropa y toma el recipiente, en ese momento se da cuenta de que le falta algo.

Se pone a buscar desesperado hasta que se le ocurre preguntar.

-Señor Alexander, ¿De casualidad no habrás tomado mi agua? -Dice mientras mira fijamente a Alex.

Alex no dice nada, se limita a afirmar con la cabeza.

-¿Serías tan amable de devolverme mi agua? -Dice Theo aliviado.

Alex no levanta la cabeza, no dice nada.

-El se la dio al hombre de hace un rato -Dice Eria.

Theo respira profundamente y dice:

-Muy buena jugada Alexander, me dejas sin reservas y luego me pides que los acompañe.

Alex no contesta, su moral está rota, no puede ni ver a Theo a los ojos.

Theo maldice al aire y decide continuar.

Alex se queda quieto y no avanza.

-¿Qué quieres que haga? -Dice Theo a Alex- ¿Qué me ponga a llorar o que te golpee?, Muévete, ya veré cómo consigo más agua.

Eria toma a Alex de la mano y camina junto a él.

Alex llora en silencio, su orgullo fue destrozado, el hablaba de defender al justo y al indefenso, y por culpa de ese hombre tuvo que matar a gente inocente.

Theo continua a la cabeza, mantiene una distancia de 3 metros de nosotros.

Caminamos por 5 horas en total silencio, a pesar del tiempo, no hemos avanzado mucho, Nos hemos detenido muchas veces por Alex, cada vez que parábamos la marcha, Theo volteaba y nos veía de reojo.

No estoy en contra de que Theo se haya unido a nosotros, pero lo estamos frenando, seguramente no falta mucho antes de que explote y decida abandonarnos.

-Bueno -Dice Theo mientras se da la vuelta y sigue caminando de espaldas- Háblenme de ustedes.

Theo toma la iniciativa y decide entablar una conversación.

-Mi nombre es Eria Rizzo, tengo 16 años, mi habilidad es poder ver todo lo que sucede en el campo -Dice Eria.

-Mucho gusto Eria -Dice Theo- Espero que nos llevemos bien… Disculpa por el golpe, no fui yo, pero igualmente te pido disculpas.

Eria le sonríe y le dice que no se preocupe.

Theo me dirige la mirada a mi.

-Soy Iván Salvatore, 18 años, puedo volverme invisible -Lo digo todo muy rápido y asustado, todavía me duele el golpe al estómago.

Theo suelta una risa y dice:

-¿Me tienes miedo?.

No digo nada, y evitó el contacto visual, solamente niego con la cabeza.

Theo empieza a caminar hacia mí e inconsciente me vuelvo invisible.

Theo empieza a reírse a carcajadas.

-¡Definitivamente te aterro! -Dice casi asfixiándose por las risas.

Eria también suelta una pequeña risa, estoy apenado.

Theo coloca sus manos sobre mis hombros y dice:

-Créeme Iván, si quisiera hacerles daño, ya los 3 estarían muertos.

Tragó saliva mientras vuelvo a la normalidad, no hay necesidad de negarlo, Theo no me inspira confianza, es aterrador, parece el polo opuesto de Alex.

-Bien, ahora vengo yo -Dice Theo- Soy Theo Bonavista, 28 años, ya saben mi habilidad, práctico Capoeira desde los 5 años, también dominó Muay Thai, Aikido y Krav Maga, como podrán suponer, nací en Brasil.

Theo está llevando la conversación de una forma muy amena, sin embargo no puedo dejar de estar asustado.

-Y… -Dice Theo- ¿No vas a decir nada señor Alexander?.

Alex niega con la cabeza y no emite ningún sonido.

Theo se acerca a Alex y pone su mano sobre su hombro.

-¿Todavía está llorando amigo? -Dice Theo- Tranquilízate, ya lo habíamos hablado.

Alex levanta la cabeza y mira a Theo con los ojos hinchados de tanto llorar.

-¿¡Cómo quieres que me calme!? -Grita Alex- ¡Mate a una niña inocente!, ¡Mate a un pobre hombre que vivió enfermó! -Alex no puede detener su llanto- ¿¡Cómo te puedes calmar después de hacer eso!?.

Theo toma aire.

-Por mi culpa mataron a mi hija -Dice Theo- No hay nada peor que eso, indirectamente yo mate a mi niña de 2 años -La voz de Theo ya no suena igual de animada que antes- Para mí no eres más que un llorón, para ellos 2 -Dice Theo mientras nos señala a Eria y a mi- eres un héroe, no los defraudes, puedes tropezarte, pero estás obligado a levantarte.

Theo se separa de Alex y vuelva a caminar al frente.

-¿Es verdad lo de tu hija, o lo dices por lástima a mi? -Pregunta Alex.

Theo le dirige la mirada a Alex.

-¿Qué clase de hombre sería si mintiera acerca de eso?, Quiero llegar al paraíso de esa deidad, para poder volver a verla, aunque no la recuerde.

-¿Pero es una niña de 2 años?, ¿Cómo sobreviviría a un purgatorio? -Pregunta Eria.

-La única pregunta que le realice a esa cosa fue "¿Dónde está mi hija?", a lo que me respondió "Todas las almas de los niños que no tuvieron la oportunidad de disfrutar su vida, los que no nacieron, los que nunca fueron manchados por el mal, eran tan brillantes que las coloque en el cielo, ustedes las conocen como estrellas." -Dice Theo.

-¿Pero como puedes seguir adelante después de lo que hiciste? -Insiste Alex.

-No seguí en vida, por algo estoy aquí, pero al saber que había una oportunidad, por más mínima que fuera de volverla a ver, recupere todas mis ganas de vivir. No puedo darme el lujo de llorar por los que hay a mi alrededor, dime Alexander ¿Acaso preferirías ver muerto a Iván o a Eria, y que tus manos nunca se hubiesen manchado de sangre? -Dice Theo.

-¡Por supuesto que no! -Grita Alex.

-Entonces deja de odiarte -Dice Theo- Lo que pasó no fue tu culpa, ya fue suficiente charla, sigamos caminando.

Alex se seca las lágrimas y mira al frente.

-Gracias Theo -Dice Alex.

Theo solo levanta el brazo mientras sigue caminando.

Caminamos hasta que cae la noche, me doy cuenta de unas pequeñas gotas de sangre que hay en la nieve, vienen de Theo, su cabeza aún está sangrando.

-Theo, ¿Estás bien? -Digo.

-¿Por? -Dice Theo.

-Tu cabeza -Digo mientras lo señalo.

Theo se toca la cabeza y arquea por el dolor, mira su mano y se da cuenta que está llena de sangre.

-Pues parece que no muy bien -Dice Theo.

-¡Toma tu agua! -Digo.

-No, no lo voy a hacer -Dice Theo calmado- Hay alguien que la necesita más que yo.

-¿A que te refieres? -Digo.

Theo apunta a Eria y dice:

-Dime, ¿Qué se siente caminar tanto con varias costillas rotas?.

Eria arquea de dolor, su respiración se vuelve pesada y finalmente se desploma en el suelo adolorida.

-Demonios -Dice Theo- Tanto daño te hice, ahora me siento aún peor.

Theo camina hacia Eria y le da de beber su agua.

-Tu también me tienes miedo verdad pequeña, ¿Por qué no me pediste ayuda antes? -Dice Theo.

Eria no responde nada, Alex y yo estamos perplejos, Eria aguantó semejante dolor por tanto tiempo.

-Ya es de noche -Dice Theo- Eria y Alex duerman, Iván y yo montaremos guardia.

-No necesito dormir -Dice Alex.

-Fisiológicamente, no, no estás agotado -Dice Theo- Pero mentalmente, si, ahora calla y a dormir.

Eria se duerme rápidamente, Alex refunfuña antes de recostarse sobre la nieve y duerme.

Theo me mira y dice:

-¿Aun sigues asustado de mi?.

No encuentro cómo responderle, Theo no es una mala persona.

-¿Por qué te uniste a nosotros? -Es lo único que puedo decir.

Theo lo piensa un rato y dice:

-Seguramente mi hija no perdonaría que su papá abandonará a 3 personas indefensas.

Las palabras de Theo son honestas puedo sentirlo en el pecho. Tomo la manga derecha de mi abrigo y la rasgo dejando mi brazo totalmente expuesto.

-Ten -Le entrego la manga a Theo- Cubre la herida de tu cabeza.

Theo toma la manga, me agradece y empieza a tratar su herida.

Escucho un estruendo a lo lejos. El anillo desértico a caído, es el fin del 4to día.

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