8: Quiero comerte

—Siéntate— le pedí.  

Kevin no dudó en hacerlo, y me senté encima de él.

—Te ves más lindo cuando eres obediente— sonreí, y agarré su mano—. No se ve profunda, pero sin duda alguna, esto te dolerá mucho— apreté su herida y se quejó, quitando su mano.

—No me gusta esto, Emily.

—Un hombre debe mantener su palabra— agarré su mano de vuelta, y sin dejar que pudiera quitarla, lamí su herida.

Las sensaciones que eso causó en mí, fueron indescriptibles. La cantidad no era mucha, pero sí lo suficiente para aliviar mi malestar y provocar temblores en mi cuerpo. La mezcla de ese dulce y apacible sabor, junto a sus quejidos de dolor, me producía excitación. Al fin mi paladar pudo experimentar de nuevo ese hormigueo y emoción. Pude percibir su erección, lo que me hizo mirar sus expresiones y no pude dejar de mirarlo.

«Este hombre es una caja de sorpresas, y debo atesorar semejante tesoro»

—Habías dicho que no te gustaba esto, pero a alguien si le gusta. Eres un virgen pervertido— solté una risita traviesa, y lo encaré—. Mírame. Déjame ver esa expresión de excitación— reí, y desvió la mirada.

Se ha vuelto divertido provocarlo. Quisiera llegar a algo más, pero no sé si eso afecte su sabor.

—Tenemos que volver a nuestro salón. Gracias por tu ayuda— me levanté de encima de él, y automáticamente me miró.

—¿Te sientes mejor?

—Mucho mejor, y gracias a mi novio.

—¿Significa que ahora he vuelto a ser tu novio?

—Tardas demasiado en entender las cosas. No te quiero cerca de nadie. Solo debes tener ojos para mí, no lo olvides— sonreí.

Asintió con su cabeza en repetidas ocasiones.

De ahora en adelante debo andar con cuidado.

Tres semanas después:

He estado saliendo con Kevin desde ese día; y a pesar de que cada vez se suma un problema más, ya queda poco para la graduación.

Nos encontramos toda la semana en el mismo lugar de siempre, y me ayuda con mi irremediable "condición".

Logré uno de mis primeros objetivos; sacar la licencia de conducir provisional, y gracias a eso, mi padre me deja usar su auto sin supervisión. No es difícil manipularlo, es un completo idiota.

Mi próximo objetivo es abandonar el tratamiento por completo. Me hicieron varias pruebas y salí bien en ellas, pero lo que terminó con retrasarme, fue el accidente de Rosanna. Se supone que el día antes de la graduación, el psicólogo me quite ese ridículo tratamiento.

Hoy, estaba teniendo una cita con Kevin en el acuario. Nos detuvimos y me incliné hacia la pecera que había.

—Quiero que luego de nuestra graduación, me presentes a tus padres. Cumpliremos el mes, y siento que es el momento.

—¿Realmente quieres conocerlos?

—Sí, nada me haría más feliz.

—Solo vivo con mi madre, ¿No te molesta?

—Para nada, mucho mejor. ¿Qué te parece la idea de irnos a vivir juntos?

—¿Tan pronto? Aún yo no tengo un trabajo estable, y tú debes querer estudiar algo más.

—Eso es lo de menos, tengo mis formas. Solo di que quieres venir a vivir conmigo e independizarnos, ya luego vemos cómo le hacemos. ¿No te gustaría despertar conmigo?— me giré hacia él, y me acerqué—, ¿O hacer cositas? Eres mayor que yo por unos meses, ya debes tener ese deseo de progresar y ser independiente.

—Lo tengo, pero no pensé que sería tan pronto.

—Ya he pensado en las posibilidades mientras estemos juntos— lamí mis labios, y sonreí.

Seguimos caminando por el acuario, y lo vi nervioso.

—¿Qué te sucede?

—¿Puedo sujetar tu mano?

No respondí, solo lo hice y seguí caminando.

¿Por qué se pone nervioso por algo tan simple como eso? ¿Realmente es un hombre?

Estuvimos toda la tarde juntos, y lo llevé a su casa.

—Nos veremos mañana en la escuela— le dije.

—¿Quieres pasar?

—Me habías dicho que tu mamá no está, ¿Acaso estás pensando en hacer cosas sucias?— reí, y se avergonzó—. Hoy no puedo, mis padres deben estar esperándome, pero otro día vengo.

—Emily, tu realmente me gustas y no quiero que pienses que quiero eso contigo solamente.

—Cuando dices eso, ¿Hablas de sexo?

—Bueno, aún no hemos llegado a eso.

—No te robaré la inocencia todavía, si eso te preocupa— reí—. Te prefiero así como estas.

—No hablo de eso, Emily. Lo que quiero decirte es que, tú me gustas mucho, desde ese primer día que te conocí; y siento que solo estás conmigo para calmar tus malestares. Hemos estado haciendo eso por tres semanas, y hoy fue que salimos como una pareja. Siempre que me buscas es para eso. ¿Tu realmente me ves como un novio?

«Que dramático es este hombre»

—Sí, es muy dramático— murmuré.

—¿Qué dijiste?

—¿No he demostrado lo suficiente por estas semanas, Kevin? — lo encaré, y acaricié sus labios con mi pulgar—. Eres muy tonto como para no darte cuenta. ¿Crees que estaría aquí ahora, si no me gustaras? — lamí sus labios, antes de besarlo.

Sus labios eran muy buenos y suaves, me causaban hambre y deseo. Era nuestro segundo beso, y aún así, tener ese pensamiento me excitaba demasiado. No era un experto, pero su esfuerzo podía notarlo.

Sin darme cuenta, luego de jugar con su lengua, mordí su labio inferior, tan fuerte, que se quejó. Fue cuando pude percibir ese sabor tan fascinante en mi paladar, y él retrocedió. Su labio se enrojeció; y a pesar de escuchar su queja y ver cómo se tocó los labios, me le quedé viendo.

«Sin duda, así se ve muy excitante y apetecible»

—¿Por qué te gusta causarme dolor? El otro día me cortaste, y hoy me muerdes. ¿Qué sucede contigo, Emily?

—Dicen que "El amor sin dolor, no es amor". Eres tan intenso y atractivo, que siento ganas de comerte— reí.