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NADA ES LO QUE PARECE (PARTE 1)

— Wow, si no estuvieras a punto de romper en llanto también me habrías convencido. — dijo en voz alta aquella voz cargada de cinismo dirigiéndose hacia mí.

— ¿Qué haces tú aquí? — dije tratando que mi voz sonara normal.

— Sé que no amas a Kris y sé que solo te has visto con él unas tres o cuatro veces. Es decir que, sé que la mayoría de veces que desapareces misteriosamente no es a mi hermano a quien ves como tú alegas. — comentó evadiendo mi pregunta.

— ¿De qué estás hablando?, conozco a Kris desde que era pequeña, y ahora que lo volví a encontrar quizá tengo sentimientos encontrados hacia él, ¿Cómo podrías saberlo tú? Y no es posible que sepas dónde he estado a menos que hayas estado siguiéndome… ¿Lo has estado haciendo?

— Por favor Jordana, Kris es mi hermano, y Jongdae mi mejor amigo. Es obvio que no iba a pasar por alto que has estado ocultando cosas y más si todo esto ha herido a Chen.

— No significa que lo sepas todo Sehun, creo que realmente no sabes nada.

— No, pero sé que no es de ti de quien mi hermano está enamorado, además de que sí, llevo un tiempo siguiéndote.

—¿Por qué me has estado siguiendo?

— Me di cuenta de tu extraño comportamiento desde el inicio, en especial cuando fui a buscarte y no estabas, lo extraño era que habías dicho que tenías una reunión y que irías a verme, lo cual no fue así; Jongdae quería confiar en ti pero yo preferí estar seguro así que comencé a seguirte. Y quizá sepa dónde has estado y con quién pero desconozco tus razones así que creo que es hora de que hables.

— Tengo que irme. — dije mientras comenzaba a caminar, no sé qué tanto sepa Sehun, pero tengo que evitar que sepa la verdad a toda costa o le dirá todo a Chen y en este momento no me conviene que lo sepa.

— Espera, ¿A dónde irás?, ¿Seguirás dejando que la mentira crezca y crezca aún si eso destruye a Chen? — dijo en tono un tanto alterado pero yo permanecí inmutable y sin detenerme — Sin importar lo que puedas decir no cambiaré de opinión, has estado mintiendo acerca de tus propias mentiras y Chen merece una explicación.

— ¡Deja de involucrar a Chen en todo esto! Es por él por quién hago todo esto y tu psicología barata no servirá conmigo de ningún modo, no puedes juzgarme si no conoces mis razones pero déjame decirte algo; deja de intentar buscar una explicación a todo esto o sino tú… — dije deteniéndome finalmente ante su chocante insistencia, estaba harta de que todos me pusieran en el lugar de la villana.

— No, deja que yo te diga algo, si no me explicas todo lo que está pasando en realidad ahora mismo, le diré a Chen todo lo que sé.

— ¿Por qué todos creen que es fácil amenazarme? ¡Basta!, sólo aléjate Sehun, aléjate de mí.

* * * * * * * * * *

Me encontraba camino a casa luego de un día pesado en el trabajo, había tenido varias oportunidades de tomar un taxi pero prefería caminar para tomar un poco de aire y poder pensar las cosas con claridad. Luego de la llamada de Baekhyun del día anterior me quedé bastante confundida, ¿Qué había qué decir lo suficientemente importante como para tentarme a verlo luego de todo lo que había pasado? La verdad no tengo idea, pero si algo sé es que no puede ser bueno y realmente sea algo que de alguna manera me separe de Chen y, luego de lo bien que se han dado las cosas entre mi prometido y yo, no permitiré que una tontería nos separe. Así que preferí ignorar a Baekhyun y seguir con mi vida al menos hasta después de la boda. Lo que no sabía, era que mi calma no duraría mucho dado que Baek no es alguien que se rinda fácilmente, pude reafirmar este último hecho cuando alguien llamó mi atención desde dentro de la parte trasera de una limusina de vidrios polarizados bastante sospechosa.

— Sube al auto Jordana. — ordenó aquella voz cargada de frialdad mientras el sujeto en cuestión bajaba el vidrio un poco más, solo lo suficiente para revelar su identidad.

— ¡Baekhyun! De ningún modo iré contigo, esto no puede ser bueno. — dije mientras caminaba más rápido en un intento de huir, pero él supo mantenerme el ritmo y me alcanzó de nuevo.

— No te obligaré a venir conmigo pero te prometo que esto nos conviene a los tres, a Chen, a ti y a mí. Sabes que te quiero y no sería capaz de herirte. — dijo poniendo aquella mirada que reflejaba inocencia en sus ojos y que en el pasado lograba volverme loca a causa de la ternura; ahora apenas y parecía convincente pero tenía un buen punto, así que decidí subir al auto marcando el inicio de un futuro terrible con ello.

El chofer condujo por varios minutos hasta que llegamos a la mansión Byun, tanto en el interior como en el exterior, todo lucía tan hermoso y perfecto como siempre, haciendo un contraste enorme en comparación con lo que se avecinaba. Una vez dentro, el mayordomo nos escoltó hasta la sala principal donde tomamos asiento para poder hablar de una buena vez y poder marcharme a casa lo más pronto posible; extrañaba mucho a Chen.

— Bueno, creo que es hora de que digas eso que tantas ganas tienes de decir. — dije un tanto arrepentida por haber venido.

— ¿No prefieres que esperemos a que la servidumbre traiga el té?

— Tengo un poco de prisa, la verdad preferiría terminar con esto lo más pronto posible.

— En eso estamos de acuerdo, de hecho todo lo que tienes que hacer es cooperar para que esto termine pronto. Verás, — comenzó a decir antes de que pudiera interrumpirlo — la cuestión es que para todo hay un precio y esto no será distinto. Sin embargo, todo se puede negociar y me gustaría que lleguemos a un acuerdo para que no me pongas como el villano al final.

— Bien, te escucho.

— Tengo información muy importante para tu vida y la de tu novio o lo que sea que Chen sea para ti, pero, antes, debes prometer que saldrás conmigo algún día de estos, es todo lo que pido, una salida casual como amigos para poder estar en tu vida nuevamente.

— ¿Seguro que no lo convertirás en algo romántico? No sé, todo esto suena muy raro.

— Lo único que busco es estar en tu vida de nuevo Jordana, aunque eso signifique ser solamente amigos. Intenté sacarte de mi vida y avanzar pero te extraño demasiado para eso, no quiero estar sin ti, yo te a… — dijo precipitadamente pero se detuvo un momento para soltar un suspiro antes de continuar, como dándose cuenta de que estuvo a punto de decir algo inapropiado — Por favor promete que cumplirás con tu parte del trato, prometo que yo cumpliré con la mía, no te fallaré de nuevo Jordana. — concluyó a punto de romper en llanto.

— Bien, lo prometo. — dije un tanto consternada, sus ojos llorosos siempre me hieren profundamente.

— Perfecto, ahora cumpliré con mi parte. Lo que quiero decirte es muy importante y tengo que pedirte total discreción, Chen no puede saber nada de esto, al menos no por el momento. — dijo antes de ponerse de pie dramáticamente mientras daba vueltas alrededor de la sala antes de detenerse finalmente frente a la chimenea, la cual se encontraba encendida, y luego de un par de minutos se dio la vuelta para mirarme antes de continuar — Verás es que… la mamá de Chen está… ella está… está viva, y yo… yo sé dónde se encuentra ella ahora. — dijo entre demasiados titubeos y pausas.

— ¡¿Qué?! ¡No puede ser posible!, ¡Ella murió cuando Chen tenía doce años!, ¡Esto no tiene ningún sentido! — grité alterada e indignada a causa de semejante confesión.

— Lo tendrá cuando te explique todo pero, por ahora, será mejor que vayas a casa a descansar, supongo que después de lo que te acabo de decir vas a necesitar un tiempo para procesarlo. Le pediré a mi chofer que te lleve a casa.

— ¡Te juro que si llego a saber que estás mintiendo o que lo estás usando para manipularme, yo…!

— No es necesario que lo menciones, sé que ahora mismo te cuesta confiar en mí pero hasta yo tengo límites y no jugaría con algo tan delicado como esto. Ahora por favor, ve a casa y descansa, yo te buscaré luego. El auto ya esta afuera, puedes marcharte cuando gustes. — concluyó más serio que nunca, lo último lo dijo mientras se daba la vuelta para marcharse.

Él tenía razón, luego de la noticia que acababa de darme, estaba demasiado sorprendida e incrédula, no podía creer lo que acababa de escuchar y la verdad es que todo esto me sonaba a algo sacado de algún drama coreano televisivo y por lo tanto necesitaría más que tiempo para procesarlo, necesitaría pruebas y un buen café. Pero lo más difícil sería ocultárselo a Chen, no me gustaba mentirle y menos con algo tan serio y grave como eso, no me gustaba para nada la idea de que Baekhyun jugara de esa manera con todo lo que estaba pasando y si está mintiendo juro que verá consecuencias muy graves, no dejaré que se salga con la suya.

Pasaron un par de días y efectivamente fue muy difícil ocultarle a Chen todo lo que estaba pasando, Baekhuyn aún no me había buscado de nuevo pero por si se le ocurría hacerlo había pospuesto la mudanza para la siguiente semana poniendo excusas tontas, nunca he sido muy buena con ello. El sábado por la tarde, mientras estaba comiendo en un restaurante elegante con Chen, recibí un mensaje de Baekhyun diciendo que me vería en una hora en la mansión Byun. Entonces, luego de comer, me fui y tomé un taxi excusando a mi prometido con que acompañaría a Andy al ginécologo y prometiendo que lo vería más tarde en casa para cenar. Una vez en la mansión me recibió el ama de llaves, la cual me guió hasta el jardín principal, que era donde se encontraba Baekhyun en ese momento. Una vez ahí, el ama de llaves se retiró y yo caminé el recorrido restante hasta donde él se encontraba, parado frente a una gran y ostentosa fuente de mármol mientras sostenía una copa de vino.

— Hola querida. — dijo dándome dos besos en las mejillas antes de llamar al mayordomo para que me trajera una copa de vino — Me alegra que hayas venido, creí que te tomaría un poco más de tiempo asimilar la noticia.

— Aún no termino de asimilarlo, si estoy aquí es porque quiero saber más al respecto antes de cumplir con mi parte del trato.

— Todo a su tiempo linda, si te cité aquí no es porque crea que es hora de que sepas el resto de la verdad, si no porque quería ver qué tan comprometida estás con esto. — dijo mientras me entregaba en la mano la copa de vino que el mayordomo había llevado sobre una charola.

— ¿Entonces era una prueba? — dije dando un sorbo a mi copa.

— Sí, y la pasaste con éxito. Ahora dime, ¿Cuándo estás lo suficientemente libre como para tener una cita conmigo?

— Creí que no sería una cita.

— Llámalo como quieras pero, aunque sólo sea con carácter de amistad, no deja de ser una cita.

— Bien, yo te avisaré entonces. — concluí deseando que no me presionara más y que me dejara ir pronto.

Regresé a casa a las ocho en punto, no me gustaba nada la situación en la que me había metido y no entendía por qué estas cosas me pasaban justo ahora, cuando todo parecía ir mejor que nunca en mi vida. Pero lo que más que disgustaba era ver lo mucho que Chen confiaba en mí como para no cuestionarme o reprocharme mis excusas tontas porque quizá en su lugar yo sí lo haría; cada día lo amaba más y era evidente que él también a mí. Una vez en casa, luego de llenar de besos a mi prometido, hicimos un maratón de películas y luego nos acostamos en su cama sólo para hablar por horas como en los viejos tiempos, aquellos en New York donde nos perdíamos uno en el otro sin tener noción del tiempo y nos quedábamos dormidos al amanecer entre risas y besos. Fue en ese rato cuando pusimos fecha al anuncio oficial de nuestro compromiso, decidimos que lo daríamos a conocer a la prensa el miércoles y la verdad es que en ningún momento me imaginé todos los eventos malos que desencadenaría esa simple acción.

Llegó el lunes y todo parecía ir normal, qué equivocada estaba, dado que el día anterior Baekhyun me había enviado un mensaje para preguntarme si ya tenía una fecha para la cita y lo había ignorado, me había escrito nuevamente hoy por la mañana con la misma pregunta por lo que decidí quedar con él hoy mismo y poder terminar con esto lo más pronto posible. Entonces, al dar las dos y media de la tarde, pasé por la oficina de Chen para avisarle que no comería con él poniendo como excusa que llevaría a mi gato, Caramelo, al veterinario y luego me di prisa para poder llegar rápidamente al restaurante donde había citado a Baek. Al llegar, él ya estaba ahí esperándome sentado a una mesa situada en la terraza, la zona más exclusiva del lugar y lucía sumamente irresistible a la vista, tan apuesto como siempre, y como era habitual, varias chicas sentadas en mesas contiguas volteaban continuamente a mirarlo con risas coquetas en el rostro. Sin embargo, todas esas chicas pasaban desapercibidas para él porque su atención estaba en una sola chica: yo. Desde el momento en el que entré al lugar y capté su atención, me dirigió una sonrisa pícara, lo cual pareció enfurecer a todas las chicas en el lugar, mismas que se dispusieron a mirarme con el ceño fruncido. Yo, por mi lado, le dirigí una sonrisa amigable a mi amigo sin dejar que las miradas de las chicas me afectaran, puesto que yo estaba consiente de lo bien que lucía con mi falda de lápiz negra, mi crop top de manga larga del mismo color, mis zapatillas blancas y mi bolso de mano del mismo color. Una vez frente a él, se incorporó para darme dos besos antes de extenderme la silla como todo un caballero para que me sentara.

— Luces excepcionalmente hermosa hoy, mi querida.

— Gracias, tú no estás mal. — dije con una mirada retadora.

— No sé si sentirme halagado u ofendido, pero gracias de todos modos. — dijo con una sonrisa divertida — Tengo algo para ti.

— ¿Y qué es?

— Esto. — dijo sacando de una pequeña y fina bolsa blanca de papel una mermelada de fresa y luego la colocó frente a mí sobre la mesa. Con esto último, cientos de recuerdos pasaron por mi mente, puesto que fue gracias a una mermelada igual a esa que lo conocí y desde ese momento, con esa adorable mirada gentil, logró meterse en mi mente para quedarse hasta el día de hoy.

— Gracias, pero ¿Se supone que esto debería tener algún significado para mí? — pregunté fingiendo demencia.

— ¿Acaso ya no lo recuerdas? — dijo con el brillo en sus ojos repentinamente apagado lo cual me provocó un sentimiento extraño de culpa — La primera vez que te vi estabas intentando bajar una mermelada igual a esta de un estante que no alcanzabas y desde ese momento no has podido salir de mi mente ni un maldito segundo. Llámame loco, pero creo que no es justo para ninguno de los dos que finjas que lo que pasó entre nosotros no significó nada para ti y sobre todo si estuviste apunto de casarte conmigo.

— Tienes razón, yo… lo siento. Pero cuéntame, ¿Cómo te ha ido desde nuestra ruptura?

Luego de esa incómoda conversación, estuvimos platicando un rato más mientras comíamos y bebíamos vino en algo que poco a poco dejó de ser incómodo y se convirtió en algo bastante agradable como en los viejos tiempos. De hecho, la pasamos tan bien, que quedamos de vernos de nuevo el miércoles pero esta vez para cenar en la mansión Byun. Así que al otro día, al salir del trabajo, corrí a cambiarme por algo más presentable y a las nueve en punto me marché de casa excusando que tendría una reunión con un par de empresarios y sería un un restaurante exclusivo, Chen me insistió bastante para ir conmigo pero al final logré convencerlo de que me iría bien sola; no podía creer que le estuviera mintiendo para ir a cenar con Baekhyun y que fuera por mi propia voluntad, pero estoy segura de que si se enteraba de mi amistad con él no lo tomaría bien.

Una vez en casa de mi amigo, me recibió con mucho entusiasmo y cuando le hice notar la ausencia de la servidumbre, me dijo que les había dado la noche libre y que él mismo había preparado todo. Me guió hasta el comedor principal y luego ambos nos sentamos a la mesa para comer, realmente me encontraba hambrienta y la comida que había preparado olía deliciosamente bien. Una vez que terminamos de comer, me invitó a ver las estrellas desde la terraza de su cuarto lo cual acepté muy felizmente, adoro ver las estrellas y no perdería ocasión para hacerlo. Una vez ahí, nos sentamos un rato a observar el cielo desde su telescopio, resulta que hoy había lluvia de estrellas y yo no tenía idea, fue un espectáculo fascinante. Media hora después, nos acostamos en una colchoneta a seguir observando las estrellas mientras platicábamos sobre un montón de cosas entre risas. Todo iba bastante bien realmente hasta que intentó besarme, gesto que rechacé furiosa.

— ¡¿Por qué demonios hiciste eso?! ¡Todo iba tan bien y ahora lo has arruinado todo una vez más!

— Yo… Lo siento, no era mi intención incomodarte. Quizá entendí mal todo, yo… — se detuvo en seco cuando llegó una notificación a su teléfono celular, luego de leerla me fulminó con la mirada y centró su atención en mi mano, más específicamente, en mi anillo de compromiso. Luego de esto, se levantó precipitádamente y se recargó de espaldas a mí sobre el barandal de la terraza.

— ¿Está todo bien Baek?

— Ese anillo en tu dedo… No lo había notado antes… — dijo aparentando calma pero apretando los puños. Ante esto, me puse de pié y me dirigí hacia él.

— Baekhyun, por favor… no hagamos esto cuando por fin hemos logrado ser amigos de nuevo.

— ¿Cuándo planeabas decírmelo?

— Yo…

— ¿Sabes? — dijo dándose vuelta para mirarme — Lo que me molesta no es que te hayas comprometido, de hecho me alegro porque seas feliz aunque sea con alguien más, lo que sí me pone furioso es que no hayas tenido el valor de decírmelo y que haya tenido que enterarme por la prensa.

— Lo siento, yo…

— No es necesario que me des explicaciones, por favor ahórratelas. — dijo interrumpiéndome de nuevo — será mejor que te vayas.

— Claro, si es lo que prefieres, está bien. Te daré tu espacio. — dije mientras salía de la habitación rápidamente, casi corriendo, deseando con todas mis fuerzas que esto no cambiara nada entre nosotros.

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