Fue lamentable…

Hun Sen de repente tembló y rápidamente señaló hacia el lado izquierdo. "Jiang Shuisheng, puedes sentir que un gran peligro parece venir en nuestra dirección, ¿no? Esas... bestias demoníacas deberían ser muy fuertes".

"Sí, yo también puedo sentirlo". Jiang Shuisheng asintió. "Esta es una jodida situación de mierda. El olor a sangre en este valle de montaña debe haber atraído a esas bestias demoníacas. ¡Démonos prisa y evitémoslas!"

"¡Entiendo!"

Dos minutos después, en un lugar escondido de un pico, los dos hombres se escondieron con rostros pálidos. La sensación de crisis que acababan de sentir estaba simplemente fuera de lugar. No fue traído por una bestia poderosa en particular, sino por los aullidos de cientos de bestias demoníacas.

"Debe haber al menos 400 de ellos". La comisura de la boca de Hun Sen se contrajo un par de veces cuando no pudo evitar murmurar para sí mismo.