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Capítulo 39. Persecución continua

Biên tập viên: Nyoi-Bo Studio

El cultivo de Fan Le se encontraba en el primer nivel del Reino de la Circulación Arterial, mientras que Wentian Qin se encontraba solo en el noveno nivel del Reino del Refinamiento del Cuerpo. Siempre y cuando no se adentraran todavía más en el Bosque Oscuro y se anduvieran con ojo, no sería fácil que se metieran en situaciones peligrosas.

Por lo tanto, este período era muy calmado para Wentian Qin y Fan Le.

—Wentian Qin, deberías ser capaz de entrar en el Reino de la Circulación Arterial muy pronto. ¿Qué Alma Astral quieres condensar para tu segunda puerta Astral? —preguntó Fan Le mientras caminaba junto a Wentian Qin.

Fan Le tenía ganas de descubrir qué Alma Astral escogería condensar Wentian Qin, ya que su primera Alma Astral ya era de una capa superior a la tercera capa celestial. No tenía duda de que su segunda alma astral sería de un nivel similar. La fuerza del Alma Astral del Martillo Celestial tiránico de Wentian Qin era algo que quería presenciar.

—Todavía me lo estoy pensando. Hay incontables constelaciones en las nueve capas de cielo. Esta vez, tengo que escoger con cuidado.

Wentian Qin sonrió. Él también tenía ganas de condensar su segunda alma astral.

—Eres anormal —maldijo Fan Le en voz baja—. La mayoría de gente puede aguantar su voluntad por poco tiempo en la primera capa celestial y tienen que apresurarse a forjar vínculos innatos con las constelaciones. Pero tú, incluso en la tercera capa celestial, todavía quieres tomarte tu tiempo para escoger. Sin embargo, aunque eres anormal, todavía estás a kilómetros de distancia de mí —dijo Fan Le con una expresión atónita.

Ya hacía tiempo que Wentian Qin se había acostumbrado al fanfarroneo de Fan Le. Su única reacción fue sonreír con desdén, como si estuviera tratando de hacer enfurecer a Fan Le a propósito.

—Hay alguien que está luchando —dijeron los dos al unísono mientras salían corriendo en la misma dirección, tan deprisa que parecía que volaran, mientras una bolita de pelo borrosa los seguía.

No muy lejos de Wentian Qin, Yan Liu había empezado a desesperarse. No creía que fuera a encontrarse con bestias demoníacas del cuarto nivel como la pitón de escamas de pez. Ante ella, la pitón se alzó y rodeó a su amigo Zufan antes de tragárselo de golpe. Ese cruel final la asustó tanto que le empezaron a temblar las piernas de miedo.

—¡Corre Yan Liu, corre! —gritó con todas sus fuerzas Yue Liu, que no estaba lejos de ella.

Al fin y al cabo, Yan Liu tan solo tenía 16 años y después de ser testigo de una situación tan cruel, no había podido evitar ser presa del miedo y, temblando, quedarse mirando como una tonta a la pitón verde mientras se le acercaba.

El cuerpo de la pitón se detuvo delante de Yan Liu y esta alzó la vista para mirarla. En este momento, la muchacha solo sentía una desesperación abrumadora. No oía el silbido que procedía de un extremo.

—¡Criatura malvada!

Wentian Qin, como si fuera una flecha que alguien había soltado del arco, corrió hacia la zona donde estaba la pitón de escamas de pez y liberó el tercer golpe de Puñetazo de Sumisión del Dragón, el Rugido Dracónico de los Nueve Cielos y aplastó brutalmente el puño en los ojos de la pitón. La pitón enfurecida silbó y se deslizó de inmediato mientras se colocaba en la dirección idónea para morder el cuerpo de Wentian Qin.

¡Pam!

La inmensa fuerza de Wentian Qin volvió a golpear la cabeza de la pitón mientras su cola se dirigía hacia el muchacho con un efecto barrido.

—¡Vete! —le gritó Wentian Qin a Yan Liu, que todavía estaba ahí de pie petrificada y vio cómo él agarraba la cola de la pitón y perdía el control de sus movimientos cuando la bestia se puso a balancear la cola por doquier.

Yan Liu recuperó la compostura en este momento y por fin se dio la vuelta y escapó a toda velocidad mientras el cuerpo de Wentian Qin terminaba aplastándose contra el tronco de un árbol enorme, lo que provocó que todo el cuerpo le temblara de dolor. Con todo, la fuerza de su cuerpo carnoso se encontraba en el máximo nivel. El golpe de antes, a pesar de haberle causado dolor, no le había podido provocar daños internos.

Un silbido aterrador, capaz de perforar los tímpanos de cualquiera, resonó mientras una flecha de Fan Le perforaba el ojo de la bestia y luego, esta decidió alejarse reptando, sin ceder ante una furia ciega, demostrando que era capaz de razonar y de seguir un pensamiento lógico.

—Qué dolor —se quejó Wentian Qin, que no la persiguió, sino que miró a Fan Le—. Gordito, buena esa.

—Ja, ja, ja —sonrió Fan Le mientras se le acercaba.

Su segunda Alma Astral le proporcionaba la habilidad del «pensamiento y la intención». Podía imponerle su voluntad a la flecha y hacerle cambiar de dirección en pleno vuelo, así como ver el nivel de cultivo de los demás con solo mirarlos. Aunque este tipo de Almas Astrales no deberían ser capaces de aumentar demasiado la capacidad del usuario en el ataque o la defensa, pertenecía a las almas astrales de tipo controlador, que poseían un potencial terrorífico para crecer.

Ahora mismo, Fan Le solo podía ejercer su poder de pensamiento en las flechas, lo que les hacía cambiar de dirección en el momento justo y le permitía pillar al enemigo por sorpresa. Después de que sus poderes crecieran, incluso podía evolucionar y convertirse en telequinesis, lo que le permitiría controlar otros objetos con el poder de la mente.

—¿Estás bien?

Wentian Qin se acercó a Yan Liu y le ofreció una mano.

Tras ver que la pitón se había alejado, por fin Yan Liu había soltado un suspiro de alivio y se había dejado caer al suelo. Su expresión de pánico cedió el paso a una sonrisa cuando vio al joven que sonreía ante ella. Aceptó la mano que le tendía Wentian Qin y con su ayuda, se levantó.

—Gracias —susurró Yan Liu.

Antes estaba al borde de la desesperación, antes de que Wentian Qin apareciera y la salvara de una muerte segura.

—No hay de qué, pero en el futuro ten más cuidado —sonrió Wentian Qin.

—Sí —asintió Yan Liu y sonrió, pero al cabo de unos segundos su expresión reflejó dolor al recordar que Zufan estaba muerto.

Sobre los árboles, había un cuervo negro, atraído por los sonidos de lucha de antes. Mientras se alejaba, soltó un grito.

—¿Un cuervo negro? —maldijo Fan Le en voz baja—. Qué insistentes son.

Wentian Qin frunció el ceño, porque al instante había deducido lo que ocurría. En las batallas anteriores que habían librado contra Orfon, el joven que estaba junto a Orfon era capaz de controlar bestias demoníacas.

—Yan Liu, no reveles que me conoces —dijo Wentian Qin a Yan Liu antes de dirigir una mirada a Fan Le.

Ambos partieron en ese momento, corriendo a toda velocidad hacia el corazón del Bosque Oscuro.

Esta situación provocó que Yan Liu se quedara estupefacta. Mientras trataba de salir corriendo en pos de Wentian Qin, de pronto, el sonido de unas alas batiendo el viento resonó y un montón de bestias voladoras surcaron el cielo en la misma dirección que había tomado Wentian Qin. Y no solo eso, la muchacha también vio un montón de cultivadores sentados en los lomos de dichas bestias.

Tras ser testigo de todo aquello, Yue Liu atrajo la atención de Yan Liu y le dijo:

—No vayas tras él, están a punto de enfrentarse a un enemigo muy poderoso.

—Hermano.

Yan Liu miró a Yue Liu y este retomó la palabra:

—Ese Wentian Qin ha preferido exponerse a un ataque de la pitón para salvarte, lo que significa que le gustas. Aun así, esos perseguidores a lomos de las bestias voladoras son muy, muy poderosos. Recuerda lo que ha dicho el mismo Wentian Qin, es un desconocido para nosotros.

Justo cuando se apagó el sonido de su voz, un cultivador que montaba una bestia demoníaca del tercer nivel describió una curva y quedó al descubierto. No era otro que Zhan Ye.

Zhan Ye era todo sonrisa cuando bajó de un salto de su montura y se dirigió hacia Yan y Yue Liu:

—Me llamo Zhan Ye, soy de la Academia Real. ¿Y vosotros sois…?

—Me llamo Yue Liu y ella es mi hermana Yan —replicó con cautela Yue Liu.

A pesar de que Zhan Ye se mostraba cortés, Yue Liu no se atrevía a bajar la guardia.

—Ese muchacho de antes se llama Wentian Qin y es uno de los aspirantes de la Academia Estrella del Emperador. Me temo que no saldrá del Bosque Oscuro con vida. ¿Cuánto tiempo hace que le conocéis? —preguntó Zhan Ye sin tapujos.

—Hace muy poco —contestó Yue Liu mientras esbozaba una sonrisa.

No se atrevía a mentirle a Zhan Ye.

—No hay razón para ponerse nervioso, tan solo él es nuestro enemigo, no tenemos malas intenciones con vosotros —les aseguró Zhan Ye.

Solo entonces Yue Liu soltó un suspiro de alivio mientras Yan Liu empezaba a preocuparse por Wentian Qin.

Wentian Qin y Fan Le corrían como locos, pero ¿cómo podían esperar aventajar a las bestias voladoras? La distancia entre las presas y los depredadores se acortaba por momentos.

—¡Granujilla, transfórmate! —gritó Wentian Qin y, de repente, el cuerpo del perrito níveo titiló mientras se agrandaba y Wentian Qin y Fan Le saltaron sobre su lomo, si bien es cierto que iban un poco apretujados.

—Ponte derecho. ¿Cuántos nos persiguen y qué nivel de cultivo tienen? —preguntó Wentian Qin.

—Son tres. Orfon y el joven que vestía con pieles de bestias no serán un problema, pero el tercero parece un tanto problemático. Mi poder de pensamiento es incapaz de penetrar su nivel de cultivo, por eso me temo que su nivel de cultivo está al menos en el tercer nivel del Reino de la Circulación Arterial o incluso superior.

La espalda de Fan Le se recostaba contra la de Wentian Qin y apretaba con las piernas el cuerpo de Granujilla mientras se colocaba el arco en las manos y disparaba tres flechas.

La velocidad de la escapada para las bestias voladoras era extremadamente rápida. Además de esa rápida aceleración, las flechas que disparó Fan Le fueron incapaces de darles a pesar de que estaban imbuidas del poder de su voluntad.

—Qué problemático —suspiró Fan Le, abatido—. Con suerte, la velocidad del Granujilla será lo suficientemente rápida comparada con las bestias voladoras. Si no es por nosotros dos, esta mascotita nívea no tendría que usar su habilidad de transformación y con facilidad podía despistar a las bestias voladoras.

—Seguir adelante no es la solución. Hay que prepararse para enfrentarnos a ellos. Siempre y cuando podamos matar al domador de las bestias, tendremos más métodos para controlar a las bestias voladoras —afirmó Wentian Qin.

—Cierto, esperemos a encontrar la oportunidad.

Los dos comenzaron entonces a debatir. Fan Le detuvo la lluvia de flechas para guardar energía astral mientras los tres se adentraban cada vez más en el Bosque Oscuro.

Haku estaba un tanto irritado. No había creído que consumiría tanta energía solo para ellos. Y no solo eso, el perro blanco corría sin ton ni son, como si no tuviera una dirección clara. Ni siquiera él sabía dónde estaba, y había una alta probabilidad de encontrarse con peligrosas bestias demoníacas en esta parte del Bosque Oscuro.

De pronto, apareció el sol. No había más copas densas de árboles, tan solo un acre enorme y despejado y la posibilidad de seguir adelante. También había la entrada a un valle lleno de niebla.

—Ciudad Espejismo —exclamó Haku y se le estrecharon las pupilas.

Habían llegado al límite de Ciudad Espejismo que lindaba con el Bosque Oscuro.

Wentian Qin y compañía se detuvieron. Dentro del valle neblinoso había una ciudad que titilaba, solo era visible un segundo y desaparecía al siguiente.

—Es como si le tuvieran miedo a este sitio. —dijo el gordito entrecerrando los ojos mientras miraba a sus tres perseguidores, que se habían detenido y ahora avanzaban muy lentamente. Parecía que ahora Wentian Qin no sería capaz de escapar, ni aunque tuviera alas.

Los dos desmontaron de Granujilla y este recuperó su tamaño original.

Wentian Qin y Fan Le se miraron y como si hubieran comprendido las intenciones del otro por instinto, Fan Le sacó el arco y disparó nueve flechas astrales al cielo, apuntando a Makino.

—¡Granujilla! —gritó Wentian Qin y Granujilla saltó a las manos de Wentian Qin y este lo lanzó al aire, hacia Makino, que avanzaba muy lentamente por el aire.

La expresión de Makino sufrió un cambio drástico tras ver las nueve flechas astrales que se dirigían hacia él. De pronto, el espacio por donde podía esquivarlas estaba bloqueado. Makino hizo acopio de fuerzas y se inclinó hacia las flechas astrales que había ante él en un intento por usar la fuerza bruta para liberarse.

Pero en ese mismo instante, una mascota nívea apareció ante él y se agrandó mientras dirigía sus garras afiladas hacia su cabeza.

La expresión de Makino se tornó fea. Dirigió el águila negra que montaba hacia arriba para ganar altitud. Sus acciones provocaron que las afiladas garras de Granujilla, que iban dirigidas hacia él, terminaran desgarrando la cabeza del águila negra, lo que provocó que cayera en picado del cielo. Makino perdió el equilibro y siguió el camino del águila negra.

Todo esto sucedió en un instante. Las nueve flechas astrales que había disparado Fan Le era un simple cebo para mantener a Makino en esta posición. El ataque real era la garra de Granujilla. Y en el instante que había necesitado detenerse para romper las flechas, Makino había caído en la trampa.

En el límite del valle lleno de niebla, Gordito disparó una flecha dirigida a Makino, que caía de las alturas, con una sonrisa en los labios.

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