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Sirviente

Aunque su ex novio es importante en la "Nación de las Fieras" a nivel global pasa un poco desapercibido, pero no quita que tenga algo de influencia en el mundo por esta razón creo que poder hacer un trato con esta chica.

Mientras yo seguía perdido en mis pensamientos Livein ya había regresado y me informo que todo estaba listo y que podía retirarme con mi nueva sirvienta una vez que pagara.

Su precio fue un poco alto unas sesenta y cinco monedas de oro, aunque claro hay esclavos más caros, pero tengo un límite para gastar y más aun con mi deuda siempre tengo que tener cuidado de como gasto mi dinero.

Livein me dio el contrato para firmar, aunque puede parecer trivial este es un contrato echo a través de la magia los cuales tienen diferentes efectos por ejemplo el tipo delator permite saber si una de las partes está rompiendo el contrato.

Después de firmar el contrato se convirtió en partículas de luces que se repartieron entre Livein y yo. Con el contrato firmado procedí a pagar las sesenta y cinco monedas de oro después de eso tuve que esperar hasta que llegaran con mi nueva sirvienta para volver a casa y relajarme.

Mientras yo estaba pensando en descansar desde una de las puertas de la planta baja del salón principal salieron dos personas un hombre y una mujer.

El hombre parecía de lo más normal en cuanto a la chica que estaba a su lado era mi más reciente inversión.

Al fin había llegado espero que esta chica valga la inversión que estoy realizando en ella sino será un gran desperdicio de dinero.

Ahora que pienso sobre el tema llamarla siempre esclava o sirviente me hace sentir un poco mal y tengo que admitir que el ego se me subió un poco a la cabeza así que mejor empiezo a llamarla por su nombre el cual creo que era Daina... mejor lo reviso en el libro antes de hablarle.

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(...diez minutos después...)

Después de terminar el último paso para comprar a Daina el cual es colocar una marca mágica en el esclavo que tiene como función resonar con la marca de su maestro nos dirigimos hacia mi casa y durante todo el trayecto hubo un silencio incómodo.

Por un lado, yo no sabía de qué hablar y por otro lado ella era una chica que apenas conocía lo cual me puso nervioso lo cual es completamente entendible tengo solo diez y siete años y nunca he podido pedir correctamente una cita a una chica, además Daina tiene un aura amenazante emanado de ella que aunque no quiera admitirlo me intimida un poco.

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