En el Demiplano, siete elegantes sillas plateadas que flotaban en la oscuridad formaron un semicírculo, y los cinco grandes arcanistas sentados en las sillas parecían dioses mirando desde lo alto a los mortales.
En ese momento, un elfo sénior estaba sentado en una de las dos sillas que originalmente pertenecían a otros dos grandes arcanistas que no asistieron a la reunión de ese día. En ese momento, estaba mirando al reactor de ahí abajo como si hubiera olvidado todo lo que le rodeaba. El elfo mayor observaba cada cambio que ocurría en el reactor: rayos, vaporización, condensación... Había luz en su pupila.
Tras un momento de silencio, Brook, el Emperador del Control, con los dedos cruzados como de costumbre, le dijo al resto con una voz que mezclaba de alguna forma calma y emoción.
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