Toma la carnada

La falta de respuesta de Mo Ning decepcionó un poco a Huo Run.

Ya no le sonrió ni insinuó nada con sus ojos, ni intentó entablar una conversación con ella.

Todas estas señales hicieron que Huo Run se sintiera perdido.

Las preguntas de sus amigos la hicieron preguntarse si realmente le agradaba a Mo Ning.

Si bien pensó que la idea estaba por debajo de ella, también la hizo sentir orgullosa y ligeramente esperanzada.

Sin embargo…

Mo Ning agitó su corazón con su suave sonrisa, pero no intentó nada más después de eso.

¿Era sólo su imaginación después de todo?

Huo Run giró hacia su derecha y dirigió una mirada desdeñosa a Mo Ning.

Allí estaba él, vestido con una sencilla camisa blanca y con un aspecto vagamente lánguido.

No pudo evitar sentirse desanimada y estaba a punto de mirar hacia otro lado cuando Mo Ning se volvió hacia ella.

Por un momento, sus miradas se encontraron.