El tono de Li Sicheng era calmado, como si hubiera dicho algo trivial. Sin embargo, en cuanto los reporteros lo oyeron, comenzaron a alborotarse.
—¿Qué demonios?
—¡Dios mío! ¡La señorita Su es la esposa de Li Sicheng?
—¿Ellos son pareja?
—¿En serio?
Al oír las incrédulas preguntas, Su Qianci estaba impresionada por aquel hombre frío frente a ella. Ella ya había decidido enterrar sus sentimientos, pero aquellas palabras rompían su coraza de autoprotección y exponían su corazón, haciéndolo vulnerable de nuevo...
—Señor Li, ¿todo lo que ha dicho es cierto?
—Señor Li, ¿sabe que la señorita Su lleva un estilo de vida desorganizado?
—Con su esposa teniendo tantos amantes, ¿quiere hacer declaraciones como su marido?
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