Cuando aún dudaba, Su Qianci sintió una repentina sacudida en el estómago. Se puso pálida y sintió que algo se le deslizaba por las piernas. Supo enseguida lo que le estaba pasando. No había tenido el periodo desde que había perdido el bebé. Pero le dolía mucho... Se cubrió el estómago y se inclinó hacia abajo, dejando el ordenador en el suelo.
En la mesa, Li Sicheng comía despacio el cogee que ella le había preparado, con impecables modales. Cuando lo terminó, Su Qianci no estaba allí. Li Sicheng frunció el ceño y miró hacia atrás, dándose cuenta de que ella no se encontraba bien.
—¿Qué pasa?
Li Sicheng dejó el bol en la mesa y fue hacia ella.
—No pasa nada. No te acerques.
Su Qianci movió las manos, pero los dolores no le dejaban moverse.
Li Sicheng le puso una mano en la frente.
—Estás muy fría, ¿estás enferma?
Su Qianci sacudió la cabeza una y otra vez.
—No pasa nada.
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