Aube perdió completamente la compostura cuando escuchó esas palabras. ¡Si pudiera, le hubiera gustado abrir el cerebro de su primo para ver qué había dentro que lo había hecho decidir eso!
—¿No comprende que las cosas se saldrán de control si me rechaza? Una vez que el Consejo de Mayores plantee este asunto, solo tendrá dos opciones: entregar la Rosa Dorada y convertirse en un títere del Consejo de Mayores u oponerse a la familia Merlin y convertirse en el enemigo de esta gran fuerza de Okland —pensó.
Aube Merlin simplemente no podía entender cómo podía esta persona aparentemente inteligente tomar la decisión equivocada.
—¿Acaso no sabes cuáles serían las consecuencias? —dijo con voz áspera.
Simplemente no podía aceptar este resultado.
—Consideré todos los resultados posibles, su única solución es cooperar conmigo, ¿por qué tomaría esa decisión? —pensó Aube.
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