741 Octava Bofetada (22)

Con todos todavía aturdidos y conmocionados por el poder abrumador de Jun Wu Yao, alguien allí estaba experimentando por completo lo que se denominaba desesperación completa y absoluta.

Ning Rui estaba completamente congelado en su lugar, su rostro se puso completamente blanco, cada centímetro de su cuerpo entero sintió un escalofrío que le mordió los huesos.

[Se acabó... Realmente... se acabó...]

La esperanza se había encendido muchas veces, pero al final, solo había desesperación. Con sus ojos viendo a los pocos hombres derrumbarse en su propia sangre, Ning Rui parecía estar mirando el destino que pronto le sucedería.

¡El terror lo atrapó!

—Di... Director... ¿Qué hacemos?... ¿Qué hacemos ahora...? —Las piernas de Gongcheng Lei se habían convertido en gelatina. Cuando aparecieron esos pocos hombres, pensó que las cosas habían cambiado. Pero las cosas han progresado hasta un punto que superó todas sus expectativas.