Al escuchar eso, Qin Mo inclinó la cabeza y tocó el pelo mojado del joven hombre con los labios. Los dedos se detuvieron al instante y le picaban los labios. Luego, se le enfrió la voz.
—Agarra la toalla y sécate tú mismo.
Después de decir eso, volvió a usar la laptop, se puso los auriculares y continuó con la reunión, con el rostro frío y arrogante.
Fu Jiu empezó a secarse el pelo. No sabía qué le pasaba de nuevo al hermano Mo. Las emociones de él se volvían inestables de la nada.
Ella ni siquiera había empezado a molestarlo todavía.
Al ver que estaba en una reunión, Fu Jiu no lo interrumpió. Se puso la toalla encima de la cabeza y la dejó ahí. Le sacó el envoltorio a un chupetín y se lo puso en la boca.
Pasó un minuto y Fu Jiu pensó que el dios ya se había olvidado de ella. Miró hacia arriba y vio al hombre al lado que le sacaba la toalla de la cabeza. Tenía todavía fruncido el ceño.
—¿Quieres resfriarte?
Fu Jiu se rio.
Hỗ trợ các tác giả và dịch giả yêu thích của bạn trong webnovel.com