Al día siguiente, Fu Jiu no dejó de bostezar en todo el camino a la escuela. Se pasó la noche entera ensamblando su laptop, por lo que apenas podía levantar los brazos. No fue en patineta hoy, sino que se tomó el autobús a dos paradas de distancia. En el camino, muchas chicas con el uniforme de la escuela le tomaban fotos.
Fu Jiu tenía un chupetín en la boca y les sonrió. Cuando alguien se inclinara, ella iba a agarrarle de la mano a las chicas como un verdadero caballero.
Cuando estaba bajando del autobús, todas las chicas se ruborizaron. Con entusiasmo, siguieron a Fu Jiu y suspiraron con una gran pena, después de que el joven hombre entrara al salón de clases de "él".
Sin embargo, las cosas no eran tan agradables en el salón de clases.
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