—¿Jefe Fong? ¿Por qué nos está dando esto?
—Gracias a ustedes, su hotel pudo participar en este popular evento, ¡ahorrándoles muchos gastos de publicidad! ¡Una tarjeta de platino no es nada comparado con eso!
Ning Xi suspiró porque no podía explicarle a nadie lo que había pasado esa noche, así que lo aceptó.
—¡Bien, entonces deberías quedártelo!
—¿Ah? ¿Yo? —Xiao Tao se sorprendió.
—Por supuesto, mis asuntos en el futuro serán manejados por mi leal asistente: tú. ¡Sería mucho más fácil si lo conservaras!
El rostro de Xiao Tao se enrojeció.
—¡Entonces... entonces lo haré!
[…]
Hotel Regio Riveria.
Cuando Ning Xi regresó a su apartamento, se arrojó a la cama sin hacer nada más.
Esa noche fue realmente agotadora...
Su corazón estaba cansado...
Desde ayer estaba preocupada por la aparición incesante de varios conflictos...
En ese punto, ya no tenía más fuerzas.
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