¡Geji! ¡Geji!
Los huesos de Ma Minghai crujieron bajo la inmensa presión, amenazando con romperse en cualquier momento. Su cuerpo también se acercó rápidamente a su límite a medida que el enrojecimiento consumía su piel.
Si la otra parte no hubiera hecho nada contra él, Zhang Xuan tampoco se habría molestado en hacer nada. Sin embargo, como la otra parte había decidido provocarlo, tampoco veía la necesidad de ser indulgente con él.
—Suéltame. ¡Te daré mi ficha de jade! —Sintiendo que no podría sobrevivir mucho tiempo en este estado, MaMinghai reunió todas sus fuerzas para gritar esas palabras.
—Muy bien. —Zhang Xuan retrajo sus manos y las puso detrás de su espalda.
¡Padah!
Finalmente liberado de la pared de piedra, MaMinghai tuvo que respirar profundamente varias veces antes de poder calmarse.
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