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Fin del sendero

Paso a paso y prestando mucha atencion a donde pisaba, Abel fue avanzando en el sendero, si bien la temperatura y el clima era la misma, lo cierto es que el hombre sintio un cambio radical en el ambiente tras cruzar la vaya, la sensacion no era de estranesa, ni mucho menos era causante de que el viudo tubiera miedo, mas bien este descubrimiento le trajo una grata alegria. Puesto que tras unos pocos minutos caminando por el sendero, Abel descubrio que en estos momentos deberia estar caminando por la propiedad de una persona y no un camino rural.

Las principales pistas que le ayudaron a llegar al hombre a este descubrimiento fueron en primera instancia que el pasto en esta zona parecía ser artificialmente prolijo y cuidado, como si alguno de los guías del pueblo pusiera un gran emepeno en lograr cuidar la apariencia de esta tierra, por lo tanto esto debia indicar que no estaba caminando por un campo mas del monton,sino que esto era en realidad el jardin de alguien y considerando que llevaba caminando por unos cuantos minutos, todo pareceria indicar que este jardiel era de alguien importante.

Pasaron unos minutos mas de caminata, hasta que Abel comenzo a encontrarse con algunos hermosos y antiguos arboles, los cuales claramente habian sido plantados hace decadas de forma artificial, ya que no habia forma de encontrar estos arboles de forma natural en el medio de un vaye montanoso, por lo cual el joven termino de creer en su corazonada.

Confiando que al ser un sitio importante del pueblo era facil encontrar un guia dispuesto a ayudarlo a regresar a algun lugar seguro hasta que pasara la niebla, Abel con felicidad siguio caminando hacia el final de sendero, preguntandose en su mente la vital pregunta que habia estado desfilando por su mente desde que descubrio que se perdio en el estacionamiento: "Donde diablos estoy?"

Dado que se encontraba en un jardin importante, en el medio de un pueblo minero donde vivian exconvictos, esclavos y indígenas sin tierras, entonces era mas que evidente que esta casa debió pertenecerle a alguna de las personas encargadas de hacer funcionar la mina y el pueblo de forma correcta, por lo cual había realmente pocas posibilidades ya que solo había una pocas casas importantes en todo el pueblo: una era la casa del intendente, otra era la mansión de los Fisher, luego estaba la mansión de los Schmidt y por último estaba la gran mansión de los Rosenbauer. Exceptuando la casa del intendente de turno, cada una de las otras mansiones eran pertenecientes a las familias más importante e influyentes del pueblo, los cuales realmente seguian siendo bastante influyentes en este condado en la actualidad, puesto que sus descendientes aun poseían miles de hectáreas de tierra fértil en los alrededores del valle donde se encontraba la mina abandonada. Sin embargo hace tiempo la tres familias decidieron deshacerse del pueblo, en principio el motivo por el cual esto se dio fue debido a la intención del gobierno de convertir este sitio en un atractivo cultural el condao, luego el verdadero motivo probablemente fuera por que hubo una compensación económica más que importante , rozando lo sospechoso, por parte del gobierno durante la expropiación de estas tierras para custodiarlas como patrimonio histórico.

Lógicamente, Abel sabía esto por que en su primera visita en Golden Valley se la paso investigando con Ana cada uno de los secretos de este pueblo; sobre todos los oscuros y aberrantes misterios que envolvían a este pueblo. Y uno de los más recientes hechos que habían pasado en este pueblo en la época en donde disfrutaba su luna de miel, había sido la casi indudable corrupción que con la cual se manejaron los políticos de este condado pagando un precio exorbitante para adquirir estas tierras de prácticamente nulo valor, más que el histórico.

Lamentablemente si bien a medida que Abel caminaba por el sendero las pistas para descubrir dónde diablos estaba iban aumentando en cantidad; como cruzándose con algunas estatuas viejas o algunas flores llamativas, aun el viudo no lograba descubrir donde se hallaba, ciertamente mas de una década había pasado y con tanta niebla a su alrededor le era imposible reconocer a cuál de las grandes casas le pertenecía este patio.

No obstante, el hombre no tuvo que esperar mucho tiempo, ya que por fortuna el sendero poco a poco lo guiaba hacia su inevitable destino y antes de que el viudo pudiera darse cuenta, se encontraba apreciando en silencio la gran silueta de una escandalosamente enorme mansión envuelta entre la densa y misteriosa niebla.