La oscuridad cubre la aldea de Caelsentia con su manto espeso, apenas iluminada por el pálido fulgor de una luna menguante. No hay silencio; el viento murmura entre los árboles, emitiendo un zumbido ahogado y lejano, como si las ramas escondieran voces que el tiempo se empeñó en callar. Allí, en el centro del bosque, un abismo profundo llama, seduce, despierta a quienes osan transitar sus cercanías. Pocos han regresado de esas sombras, y aquellos que volvieron hablan apenas en susurros, asustados de recordar. En este lugar de belleza y misterio, dos almas nuevas, hermosas y curiosas, enfrentarán el lado más oscuro de la leyenda.