Después de tres años de matrimonio, Wendy Stewart estaba acostumbrada a los comentarios sarcásticos de Michael Lucas, sus amenazas frecuentes sobre el divorcio e incluso su indulgencia con una amante. Pensó que podría soportar todo esto toda su vida, hasta que accidentalmente quedó embarazada de un niño que Michael no quería. Finalmente desesperada, Wendy firmó el acuerdo de divorcio y se fue. Pensó que podrían haberse separado para siempre, pero Michael se negó a dejar de buscarla después del divorcio. Cuando se encontraron de nuevo, ella era la mejor diseñadora del mundo. Sonriendo dulcemente a su exmarido, dijo: —Mi querido, ya estamos divorciados. Michael simplemente la miró fríamente: —Dime, ¿qué hará falta para que nos reconciliemos?
—Eso no salió bien. No lo dije en ese sentido —explicó el papá de Yonina, dándose cuenta de que había sido demasiado duro.
Bajando la cabeza para evitar mirar a su hija, se repuso y trató de buscar las palabras adecuadas antes de volver a hablar —Christian es un buen partido, ¿no? Michael tiene una ex esposa y dos hijos.
—Por otro lado, Christian ha estado progresando bien desde su regreso hace solo unos años. Su organización, DR, es ahora el segundo grupo empresarial más grande de Lake City. Eso es una buena muestra de sus capacidades.
—Y, dejando de lado las fuentes desconocidas de sus fondos, a pesar de estar en crisis financiera, el Grupo DR sigue en pie y no se ha derrumbado.
—Comparado con Michael, Christian sigue siendo un hombre elegible, soltero y con excelentes capacidades.
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