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—Hey...— Susurró el joven esperando alguna respuesta por parte de la hermosa señora que se encontraba acostada en su cama.

Al darse cuenta que la mayor de edad se había quedado dormida no tuvo más remedio que retirarse de aquella casa para dejarla descansar en paz.

Antes de irse, el joven acomodó aquel cuerpo delgado y pequeño a una posición más adecuada, estiró las mantas y sábanas para tapar correctamente a la mujer ya que el frío había estado fuerte durante esos días. Y acariciando una última vez el cabello canoso de esta, se retiró en silencio.

Silencio que se vio interrumpido por la fuerte música que sonaba en la casa cercana. Gruñó molesto por la poca consideración que tenía él para con sus vecinos. Y sabiendo que Sussy, la señora durmiendo, ya estaba acostumbrada a esto no se preocupó en ver si se había despertado.

El de 50 estrellas trató de aliviar su molestia para poder pedir amablemente que bajaran el volumen de la música. Cómo siempre, aquella sabana delgada de color blanco con diseño de un animal rosado marino le dió la bienvenida.

Su vecino tenía una extraña costumbre de que cada vez que limpiaba su hogar, abría las puertas de su casa por completo y colocaba una "barrera" como sábana en estas. Y claro, la música en volumen alto nunca faltaba.

Tuvo que tocar tres veces la puerta para poder ser escuchado. Y aunque quisiera negarlo, aquella canción que sonaba en ese instante a través de la televisión lo había atrapado.

Cuando sintió la presencia del tricolor acercándose a su ubicación dejó de tararear la melodía de aquella canción. Y memorizando se una estrofa que decía:

"Yo soy el aventurero.. puritito corazón

Verda' de dios que si compadrito

Ay lara la…"

Buscarla y descargarla para tenerla en el celular.

Fue su nota mental y último pensamiento, ya que el mexicano yacía frente suyo, sonriendo radiante, con un delantal de cuerpo color naranja pastel con la frase "El #1 en cocina" siendo la palabra "cocina" tachada por al parecer un marcador de ropa ya que debajo de esta estaba escrito "jotería".

— ¡Orale estrellitas!— Gritó con ánimos el de menor estatura. — ¿Para qué soy bueno?— volvió a gritar cuando hizo aquella pregunta. Chequeando "disimuladamente" a su no tan amigable vecino.

— ¡Bajar volumen!— Exclamó el de 50 estrellas tratando de ignorar aquella mirada examinadora que recibió por el otro.— ¡Sussy dormir!—

— ¿¡Qué, qué?! ¡No te oigo!— gritó el de escudo en forma de broma mientras fingía no poder escucharlo. — ¡Habla más alto!

— ¡Volumen!

— ¿¡Vog Umen!? ¿¡Qué es eso?!

— ¡Volumen! ¡Music! ¡Lower the volume of your music!— Gritó con exasperación mientras señalaba el lugar en el que creía estaría la televisión del mexicano.

—¡Sabes que no hablo takataka!— Contestó riendo el latino. Y haciendo caso al más alto — solo por algunos centímetros— fue en busca del control de su televisor para así poder bajar el volumen de esta.

Ya habiendo hecho esto, retrocedió en sus pasos para seguir hablando con su vecino, llevándose la sorpresa de que se había ido ya.

Se volvió a escapar el chikistrikis.

Pensó mientras suspiraba con resignación.

Aún si vivían uno sobre el otro, y tenían a la misma casera, su relación como vecinos no había avanzado en nada desde que Estados Unidos había iniciado su estadía.

Siendo eso ya más de 2 meses. Y quizás no fuera mucho tiempo, pero teniendo en cuenta que el mexicano apenas había llegado a vivir allí ya había establecido una buena relación con los demás inquilinos… Sí, a su parecer no estaba del todo bien está situación.

Su vecino, Estados Unidos o USA, no solía salir demasiado de su hogar y si no fuera por Sussy, quizás hubiera pasado toda su vida metido allí siendo un ermitaño poco amigable y quejón, aunque claro, con un trabajo bien pagado.

Los demás inquilinos que no pasaban de 15 personas lo habían apodado el "Grinch" aún si no tenía nada de verde encima.

Aún recordaba las primeras semanas de la estadía de USA. Las primeras quejas al inicio lo molestaron un poco pero no pudo refutar en favor suyo ya que el gringo tenía toda la razón.

"Your dog orino puerta"

"Bajar volumen"

"Fiesta no"

"Dog mordió zapato"

"Haberte llevado my clothes. Devolver"

Cómo el cuarto de USA había estado desocupado por casi 1 año y medio, México que yacía viviendo allí más de tres años, se había acostumbrado a dejar a su perro, Paquito, hacer sus travesuras en aquel segundo piso. Está claro que él se encargaba de la limpieza y mantenimiento de ese lugar.

Y desde la llegada de USA, no tuvo de otra que dejar aquella rutina. Cosa que a su perro no le gustó.

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— Querido ¿No te aburres? Estás mirando aquella pantalla ya más de 25 minutos. — Hablo preocupada la señora desde el sillón de su sala mirando a un USA sentado con computadora encendida y audífonos en la mesa.— Aún creo que te explotan en tu trabajo, no me parece normal estar todo el día pegado a esa pantalla, es por eso que usas lentes de lectura. Pero ¿Qué tanto tienes que hacer con esa cosa?— Siguió hablándole. USA solo sonreía mientras escuchaba las preocupaciones y recomendaciones que Susana le hacía. Echó un ojo a su trabajo de ese momento, el cual estaba por la mitad y a la vez viendo la hora que marcaba aquella Laptop.

Y la música comienza en 1… 2… 3.

Inició aquella cuenta regresiva en su mente la cual al terminar dió paso a lo mismo de siempre, escuchar en volumen alto las canciones de México.

— He is a pesky/ Él es molesto—. Recriminó algo molesto. Como si México estuviera allí escuchándolo.

— No lo es querido, es alguien alegre—. Refutó la señora riendo al ver la cara enojada del chico por el volumen de la música. Ella comprendía que a este le gustaba más el silencio y tranquilidad, no le gustaba las cosas inesperadas… Y México era todo lo contrario a esto. Volvió a reír al verlo refunfuñar como gato mientras le pasaba un vaso de limonada junto con algunas galletas. Dejó al lado su costura para poder comer con tranquilidad.— Ya te conté como, antes de la llegada de México, está vecindad paraba en silencio y era muy tranquila… Para nosotros que ya somos grandes, eso poco a poco puede ir matándonos. Los niños que vivían aquí y daban un poco de bulla en todo este silencio ya crecieron, ya son profesionales, algunos hasta ya tienen hijos, te lo digo yo, soy madrina de algunos cuantos. Y los únicos aquí, viviendo una vida tranquila somos nosotros, personas mayores y algunos más jóvenes que como tú, solo trabajan y trabajan. México fue nuestra salvación, siendo alegre y vivaracho, saludándote con esa enorme sonrisa en las mañanas, siendo chismoso o un hombro para llorar y conversar ¿Cómo podríamos quejarnos de él? Además, sus canciones son muy buenas. Había esa de "Amigos simplemente amigos y nada más" — Canturreo con felicidad recordando aquella épocas de su juventud cuando vivía amores prohibidos y fugaces, amores que le rompieron su corazón y otros tantos lo sanaron. Recordando aquellas épocas de casados...—

USA atento a sus palabras solo la miraba con cariño. Aquella mujer se había pegado a él como chicle, y aunque al inicio le pareció fastidioso tenerla encima suyo con el pasar de los días y semanas, se dió cuenta que le había agarrado cariño. Esperaba ansioso aquel "Buenos días querido" todas las mañanas que salía a colgar su ropa, aquellas veces en las que le pasaba como si de contrabando fuera un poco de comida o dulces diciendo un "México la otra vez me pidió esto, pero sé que tú lo necesitarás más. Ya le daré a ese chico otro chocolate en otra ocasión." O aquellas tardes dónde ambos solo conversaban de su día a día o ella le contaba anécdotas de su vida.

Ella vivía sola, con 67 años encima, aún podía caminar pero ya no era tan rápida, podía cocinar y tejer, pero a veces su coordinación la traicionaba siendo aquellas benditas en manos una prueba de esto, solía dormir más que estar despierta en sí, mirando la tele, cociendo, cantando las canciones que sonaban en eco de la casa de México o simplemente hablando con él.

La rutina de ambos se había combinado a su manera y México quién era alguien no del todo de su agrado, poco a poco, se unía a esta. Solo esperaba que él no fuera tan entrometido, Susana respetaba su privacidad, esperaba lo mismo por parte del otro.

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⟩⟩ Antes que nada, usaré el traductor para las oraciones en otros idiomas. Así que si estás están mal escritas, por favor decirme.

⟩⟩ México coloca el volumen en 50, al inicio de su estancia el respetaba mucho la tranquilidad siendo 15 su volumen máximo, después de conocer a sus vecinos y a pedido de estos subió a 40, los otros 10 es para molestar un poco a USA y poder entablar al menos una conversación. Aunque claro, él sabe que lo que hace no está bien. Pero todo se vale aquí (? Xd

⟩⟩ Sussy es viuda.

⟩⟩ USA sabe los "horarios" en los que México prende su música. Estos suelen variar entre los días de semana, de que humor está nuestro mexicano y los días de limpieza. USA es muy observador ante este tipo de cosas.

⟩⟩ A Paquito, USA no le cae del todo, más que nada porque por él su rutina a la cual estuvo acostumbrado por años fue arruinada. Por eso descarga un poco de su estrés rompiendo o meando en las cosas de este.

⟩⟩ México entiende el inglés, solo que a veces bromea haciendo que no comprende a USA. Mientras que este, puede entender el español pero hablarlo es otra cosa, aún le falta práctica.

⟩⟩ El animal de la sábana de México es un ajolote uwu 💕