Capítulo 2

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Lucian se despertó después de dormir una larga siesta que disipó un poco su estrés mental por la muerte de su madre. Estaba acostado en una cama para una sola persona, no le dieron preferencia por ser el hijo del líder del cielo. Para Griselda él solo era otro niño más que sería entrenado bajo su tutela. La habitación era pequeña. Aparte de la cama, también había una mesa pequeña al lado de su cama donde puso un despertador y una foto de él y sus padres. También al lado de la habitación había un guardarropa de madera sencillo que podía albergar la suficiente ropa para un soldado de la iglesia. Las paredes también eran sencillas y de un color blanco puro, y sólo había una ventana de tamaño promedio enrejada. Todo esto parecía más una cárcel que una iglesia. Al menos y el ventilador que le dieron podía refrescar su cuerpo lo suficiente para que no sude por la noche.

Con sus ojos de color plata observo a la nada. Perdido en sus pensamientos, hoy conocería a sus compañeros con los que formaría un grupo élite para la iglesia. Se sentía nervioso ya que nunca había tratado con otro niño de su edad. No viviría con uno si no con varios.

-Príncipe Lucian-Habló la voz de Griselda desde el otro lado de la puerta.

-¿Estás despierto?-Preguntó Griselda.

-Si. Puedes pasar si así lo deseas-Hablo Lucian levantándose de su cama.

La puerta de madera se abrió suavemente y Griselda entró con su vestimenta de monja, venía con sus brazos juntos donde en sus antebrazos descansaba ropa de exorcista infantil.

-Buenos días príncipe Lucian-Habló Griselda haciendo una leve reverencia.

-Deja eso del príncipe Griselda-Hablo Lucian sacudiendo su mano.

-Ahora soy tu aprendiz al igual que el de Vasco y Dulio. Soy un igual de los niños que entrenarán bajo la tutela de ustedes también.-Hablo Lucian tranquilamente.

-Es bueno que sea humilde y no un pomposo arrogante-Hablo Griselda sonriendo.

-Mi madre me enseñó a la perfección que el respeto no se gana por de donde provienes, se gana con acciones propias-Habló Lucian.

-Muy buen pensamiento el que tu madre te inculcó en tu mente-Hablo Griselda.

Griselda observó cómo Lucian solo estaba vestido en unos bóxer blancos. Miró hacia el otro lado de la habitación y vio su anterior vestimenta que estaba doblada sobre la otra y acomodada perfectamente.

-Veo que no tienes más ropa la cual ocupar el día de hoy. ¿verdad joven Lucian?-Preguntó Griselda.

Lucian sacudió la cabeza negativamente.

-Que bueno que le traje esta ropa-Hablo Griselda acercándose a Lucian y entregándole las ropas de exorcista infantil.

-Gracias por tomarte esta molestia Griselda-Hablo Lucian con una pequeña sonrisa.

-No es problema joven Lucian-Hablo Griselda también sonriendo.

-Por favor vaya a cambiarse para que pueda comer un poco y después podamos presentarle a sus nuevos compañeros-Hablo Griselda.

Lucian asintió y se dirigió a otra puerta que sólo la había notado hace unos segundos. Suposo que era el baño y no se equivocó.

-¿Puedes esperarme un par de segundos mientras me baño?-Pregunto Lucian desde la puerta del recién descubierto baño.

-Tomate tu tiempo joven Lucian-Hablo Griselda tranquilamente y se sentó en la cama esperando a que Lucian salga del baño.

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Lucian caminaba junto a Griselda por los pasillos del Vaticano, después de desayunar debían ir directo a la sala de entrenamientos donde Lucian conocería a sus nuevos compañeros de equipo. El Hijo de Metatron iba comiendo una manzana dulce, estaba tratando de distraerse y calmar sus nervios aunque su personalidad en blanco aún predominaba, no deseaba ser grosero con sus nuevos compañeros.

-¿Cómo es este pequeño grupo del cual ustedes entrenarán?-Pregunto Lucian curioso.

-Veamos-Hablo Griselda frunciendo el ceño pensativa.

-Cada uno se complementa-Hablo Griselda mientras alzaba cuatro dedos.

-Por ejemplo. Existe una chica dentro del grupo que tiene un gran talento para la magia, ella puede ser el obispo del equipo-Habló Griselda bajando unos de sus dedos y quedando tres.

-También encontramos a una descendiente del caballero de la traición. De lo poco que ha estado en el Vaticano bajo la tutela de Vasco. Ha demostrado ser muy hábil con una espada y tiene una fuerza brutal heredada de la Mordred Original. Ella puede tomar el lugar de la torre y caballero gracias a que es como una berserker a la hora de atacar-Hablo Griselda bajando otro dedo.

-La penúltima integrante del equipo sería una chica que nació con la habilidad innata para controlar cualquier espada sagrada. También se mostró capaz de manejar el poder sagrado a voluntad capaz de crear ataques de luz. Otra de sus características es su gran vista capaz de observar cualquier ataque que le llegue a gran velocidad. Ella podría ser la caballero del equipo-Habló Griselda bajando otro dedo y solo quedando el índice.

-Y por último estás tú. Eres hijo de una humana y de un ser trascendental como lo es tu padre y también posees la legendaria Longinus-Hablo Griselda en un susurro y sin decir nombres claros.

Ella no confiaba mucho en las personas alrededor del lugar ya que algunos tenían una fuerte lealtad hacia Honest.

-Y también puedes heredar la gran habilidad de tu padre algo que te haría capaz de enfrentar al mismo Sirzechs Lucifer otro ser transcendental-Hablo Griselda tranquilamente.

-¿Cuál es ese poder de Padre?-Lucian cuestionó con el ceño un poco fruncido.

-Es lo opuesto al poder de los Baels. Prácticamente puede destruir cualquier cosa pero a la vez purifica lo maligno con facilidad-Griselda explicó brevemente. Esta charla debería ser dada por el mismo Metatron.

-¿Puedes explicar más sobre el poder que tal vez herede de mi padre?-Preguntó Lucian curioso.

-Lo siento pero no sé mucho sobre ese poder aparte de lo básico-Hablo Griselda negando con la cabeza.

-Metatron-sama prefiere explicarte personalmente sobre los conceptos de ese poder el mismo si algún día se despierta-Hablo Griselda tranquilamente.

-Ya veo-Hablo Lucian y no dijo nada más.

Griselda giro en una esquina, siendo seguida de cerca por Lucian quien observaba todo el lugar en silencio.

-¡Oye Griselda!-Hablo una voz animada.

Lucian y Griselda observaron como Dulio salía de una habitación con las mejillas hinchadas mientras saludaba con una mano.

-Buenos Días Dulio-Habló Griselda con una ceja temblando por lo gloton que era su compañero Ángel.

-¿Quieres un poco pequeño Luci?-Pregunto Dulio extendiendo un plato de espagueti y albóndigas a Lucian.

-No gracias. Acabo de tomar mi desayuno-Hablo Lucian.

-Aburrido-Murmuró Dulio encogiéndose de hombros.

-Aunque me gustaría seguir esta agradable charla-Habló Griselda con el ceño un poco fruncido.

-Tenemos un lugar para asistir-Hablo Griselda mirando fijamente a Dulio.

-Jeje-Dulio se rió débilmente mientras tosía en su puño ya que se le había olvidado del por qué estaba aquí en primer lugar.

-Bueno mi Lady y Príncipe-Habló Dulio haciendo desaparecer el plato de comida y haciendo una reverencia.

-Hulk y las damas nos esperan-Hablo Dulio haciendo un gesto hacia la puerta a su espalda

Griselda solo suspiro al ver las payasadas de Dulio. Camino hacia la puerta haciéndolo aún lado y entrando en la habitación.

-Esta irritada-Habló Lucian simplemente mientras pasaba al lado de Dulio.

-Esa era la idea pequeño Luci-Habló Dulio sonriendo juguetonamente.

Cuando los tres ya estaban adentro, pudieron ver a cuatro personas en el lugar. Una de ellas era Vasco Stradas quien estaba cruzado de brazos. Al lado suyo estaban tres niñas. Dos de ellas tienen cabello rubio y la otra tiene cabello negro con puntas rosadas. Las tres vestían el uniforme de batalla de la iglesia que consiste en un leotardo negro de manga corta ceñida a la piel con hombreras, guantes sin dedos a juego que se extienden hasta sus bíceps y botas hasta los muslos. Todos los cuales estaban adornados con con correas.

-Buen día joven Lucian y Griselda-Habló Vasco respetuosamente.

-Señor Vasco-Lucian saludó al hombre que sería su maestro por los siguientes años.

-¿Eh? Bastardo Dulio-Hablo una de las dos rubias. Esta tenía ojos verdes espumosos como el mar. Se acercaba a Dulio pisoteando el suelo con fuerza y con el ceño fruncido.

-¿Dónde están mis galletas?-La niña de ojos verdes cuestionó cruzándose de brazos.

-Un perro se las comió porque deseaba ser más gordo de lo que ya era-Habló Dulio.

-¿¡Que clase de mentira de poca monta es esa!?-Grito/Preguntó la niña molesta.

-Pero si no es una mentira-Gimio Dulio mentalmente ya que Honest el cerdo se las arrebato.

-Mordred. ¿Que hablamos sobre los malos modales?-Preguntó Griselda cruzándose de brazos y dándole una ligera mirada a la niña.

-P-pero, yo quería galletas-Mumuro Mordred triste y volvió a su lugar arrastrando los pies.

-Cuando se acabe el entrenamiento de hoy te llevaré por un par de galletas-Hablo Dulio con una sonrisa.

-Como sea-Murmuró Mordred aún con el ceño fruncido por no poder comer sus galletas ahora.

-Ya, ya, Mordred-chan. Dulio-sama dijo que te daría un par de galletas-Habló la otra niña rubia dándole unas palmaditas en la espalda a Mordred. Esta niña tenía ojos azul zafiro, tan hermosos que parecen una joya que cualquiera desea tener.

-Pero Alexandra-Nii. Yo deseaba comer ahora-Hablo Mordred haciendo un puchero triste.

-La glotoneria es un pecado-Hablo la otra niña de cabello negro y puntas rosadas. Ella tenía ojos amarillos.

Los ojos plata de Lucian conectaron con los amarillos de la niña de cabello negro y puntas rosadas. Ambos se dieron una mirada en blanco y apartaron la mirada hacia Vasco.

-Dejando de lado el pequeño berrinche de Mordred-Hablo Griselda suavemente.

-Joven Lucian. Estas son tus compañeras-Hablo Griselda haciendo un gesto hacia las tres niñas.

-Presentence-Ordenó Griselda a las niñas.

-Soy la gran Descendiente del caballero de la traición. Mi nombre es Mordred Pendragon-Hablo Mordred con una sonrisa orgullosa.

-El orgullo es un pecado.-Hablo Griselda regañando a Mordred.

-H-Hai-Murmuró Mordred con un sonrojo de vergüenza.

-Mi nombre es Alexandra Quarta-Habló la rubia de ojos azules haciendo una leve reverencia.

-¿Quarta?-Cuestiono Lucian mirando a Griselda con curiosidad.

-Es mi protegida junto a otra niña-Habló Griselda.

Lucian simplemente asintió en silencio y miró a la niña de cabello negro y puntas rosadas.

-Kiara Sessyoin-Habló la niña simplemente.

-Lucian Nakiri. Espero y podamos llevarnos bien.-Hablo Lucian haciendo una leve reverencia hacia las tres.

-Creelo Bastardo Nakiri-Habló Mordred con una sonrisa juguetona.

-Mordred-Habló Alexandra estirando la mejilla regordete de la niña de ojos verdes.

-Lo siento, lo siento-Lloro Mordred por el dolor que sentía en su mejilla.

-Espero lo mismo Lucian-san-Hablo Alexandra formalmente.

-Hmp-Kiara solo bufo y desvío la mirada.

Vasco tosio llamando la atención de los cuatro niños.

-Como verán. Ustedes cuatro son el nuevo grupo bajo nuestra órdenes.....-Hablo Vasco pero fue interrumpido por Mordred.

-¿Solo a ustedes tres? ¿Pensé que también le respondiamos al papal?-Pregunto Mordred curiosa.

-El papal ya tiene bajo su mando a la orden de los templarios y aún sacerdote cardinal como su mano derecha. No necesita a más hombres bajo su mando-Hablo Griselda con ligera molestia.

-Aparte que es un bastardo sin igual-murmuró Dulio.

Vasco golpeó a Dulio en la parte posterior de su cabeza, haciendo que Dulio se tropezara hacia delante.

-¿Qué dijiste Bastardo Dulio?-Pregunto Mordred con los ojos entrecerrados queriendo escuchar más.

Griselda fulminó con la mirada a Dulio quién se encogió de hombros ante su mirada. Soltó un suspiro y miró a sus estudiantes quienes esperaban que dijeran algo.

-Solo les diré que nunca crean en las palabras de Honest. El es todo menos bueno-Hablo Griselda seriamente.

-¿Es el papal o no?-Cuestiono Kiara con una ceja alzada.

-Un papal debe ser todo menos malo-Hablo Kiara cruzándose de brazos.

-Los humanos no siempre eligen el bueno. A Veces el malo da mejores cosas para ofrecer-Hablo Vasco seriamente.

-El deseo mundano de casi el 90% de los humanos es tener mejores cosas que otros. Nadie quiere ver bien al prójimo, ese es el deseo egoísta que utiliza Honest para ser el Papal-Habló Dulio con el ceño fruncido.

-No confíen en él nunca-Habló Griselda de nuevo con una voz seria.

Los niños se miraron unos a otros como teniendo una conversación silenciosa.

-Bien-Dijeron los cuatro al mismo tiempo.

-Algún día lo conocerán y entenderán el por qué no deseamos que se acerquen a ese cerdo-Hablo Dulio esquivando un golpe que estaba dirigido hacia su cabeza.

-Idioma Dulio-Siseo Griselda un poco molesta.

-Como sea-Murmuró Dulio con indiferencia.

Griselda suspiro con cansancio. Nunca le gustó hablar del papal ya que siempre la irritaba el solo hablar de ese cerdo con cuerpo humano.

-No juzgare a un libro por sus portada o por lo que las demás reseñas dicen-Hablo Kiara tranquilamente.

-Créeme, el primer encuentro que tengas con ese hombre, nunca más desearás acercarte a él-Hablo Dulio.

-Eso lo juzgare yo-Dijo Kiara mirando con indiferencia a Dulio.

-Bueno. Si eso es lo que deseas, te daré el beneficio de la duda-Dijo Griselda.

-Volviendo al tema importante-Hablo Vasco con tranquilidad.

-Ustedes serán un grupo que sólo nos responderán a sólo nosotros-Dijo Vasco tratando de volver al tema principal.

-¿En qué consistirá este grupo?-Preguntó Alexandra curiosa.

-Básicamente para mantener a raya las artimañas de Honest en el bajo mundo y acabar con fuerzas oscuras de Rango mayor-Explicó Dulio.

-Aún no creo que el papal sea un ser oscuro-Dijo Kiara con el ceño fruncido.

-Incluso la luz más pura se puede corromper-Dijo Mordred sin pensar.

Todos la miraron con una mirada extraña por sus palabras repentinas.

-¿Que? ¿Sucede algo?-Pregunto Mordred dándose cuenta de que las miradas estaban sobre ella.

-No sucede nada-Dijo Lucian despidiéndola con la mano.

-Tus palabras tienen mucha si no toda la razón Mordred-Dijo Griselda asintiendo satisfecha que la niña no dijera algo marimacho como siempre lo hacía.

-¡Ja! ¡Lo ves bastardo Dulio, yo también soy inteligente!-Grito Mordred orgullosa de sí misma mientras inflaba su pecho inexistente en orgullo.

-Pensé demasiado rápido-Pensó Griselda negando con la cabeza con cansancio.

-Una vez más Mordred-chan. El orgullo es pecado y muy grave-Dijo Alexandra negando con la cabeza.

Mordred simplemente desvió la mirada un poco avergonzada.

-Bueno, volviendo al tema principal-Gruñó Vasco ya un poco cansado. No tenía ningún problema en estar con los niños pero alguien debía vigilar al papal para que no hiciera una idiotez.

-Hablando de eso. ¿Por qué serán maestros?-Cuestiono Kiara.

-Fácil. Cada uno de nosotros nos especializamos en un área en específico-Hablo Griselda.

-Yo por ejemplo-Hablo Dulio alza la mano para que los niños le prestarán atención.

-Me especializo en el manejo de la magia-Dijo Dulio con orgullo de sí mismo. Sin notar que sus alas parpadeaban en negro.

-Vas a caer-Hablo Vasco inexpresivamente.

-¡Oh Fuck!-Grito Dulio histérico mientras comenzaba a rogar a los cielos para no caer.

-Bueno-Habló Griselda ignorando a Dulio y llamando la atención de los niños sobre ella.

-Yo por mi parte les estaré enseñando disciplina y sobre el mundo-Dijo Griselda.

-Y yo les estaré entrenando en lo físico, combate cuerpo a cuerpo y manejo de la espada-Hablo Vasco.

-Soy un tipo mago-Dijo Kiara simplemente.

-¿Y?-Pregunto Vasco con una ceja alzada.

-No necesito eso del físico. Solo necesito aprender magia-Dijo Kiara.

-Claro que necesitas entrenamiento físico-Dijo Griselda dándole una ligera mirada a Kiara quien se la devolvió.

-Claro que no. Te vuelvo y te recuerdo que soy del estilo mago. Estaré usando ataques mágicos y no lucharé en una batalla cuerpo a cuerpo-Dijo Kiara tratando de explicar su razonamiento lo mejor que podía, del porqué no deseaba entrenar en lo físico.

Alexandra alzó su mano lentamente llamando la atención de todos.

-Puedes hablar Alexandra-Dijo Dulio tranquilamente.

-Yo soy del estilo mago también pero deseo hacer entrenamiento físico y espadachín-Dijo Alexandra.

Kiara la miró con los ojos ligeramente abiertos como si acabara de escuchar una blasfemia.

-Alguien del estilo mago nunca trabajaría en otra cosa que no sea la magia-Dijo Kiara con el ceño fruncido.

-Mmm Tal vez ese sea tu punto de vista pero para mí no es así-Dijo Alexandra.

-¿Qué quieres decir?-Cuestiono Kiara.

-Me parece atrayente el arte de la espada tanto como la magia-Dijo Alexandra con una pequeña sonrisa.

-Blasfemia. Alguien que practica la magia no debe saber otro arte más que perfeccionar todos tus hechizos-Dijo Kiara parándose al frente de Alexandra con el ceño fruncido.

-Hmp. ¿Es así?-Preguntó Alexandra inclinando la cabeza hacia un lado un poco confundida.

-Si es así-Dijo Kiara simplemente.

-¿Y qué harás cuando un enemigo te supere en el campo de la magia?-Cuestiono Alexandra curiosa.

Kiara abrió la boca y la cerró varias veces, miró en silencio a Alexandra sin saber qué decir.

-Alexandra tiene un punto importante-Dijo Griselda caminando hacia Alexandra y poniéndole una mano en el hombro.

-Siempre habrá alguien que te supere en el campo de la magia donde tú creías que eras la mejor. Vives en un mundo sobrenatural donde existen Dioses y muchas, muchas y repito, muchas razas que sin duda, tienen más de un truco bajo la manga para mandar tu cadáver bajo tierra-Dijo Dulio.

Kiara solo frunció el ceño pero no obstante. No dijo nada.

-Desde hoy ustedes trabajarán como un equipo y esperamos que se lleven bien-Dijo Griselda.

-Dalo por hecho Maestra Griselda-Dijo Alexandra.

Kiara miró fijamente a Alexandra quien ya no le prestaba atención. Sus palabras resonaron en su cabeza. Sacudió la cabeza dándose cuenta de sus pensamientos.

-¿Qué estoy pensando?, mi punto de vista es el correcto no el de ellos-Pensó Kiara negándose a creer las palabras de los demás.

-Que problemático va a ser todo esto-Pensó Lucian soltando un suspiro cansado ya sabiendo toda la mierda que pasaría en los años venideros que tendrá que compartir con este trío de niñas.

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Fin del capítulo.