La última vez que había visto Víboras del Árbol Verde estaba también en el Bosque de árboles botella. Quizás esta clase de víboras tenían preferencia por los arboles botella. Había al menos una docena de ellas activas en ese lugar, las cuales, usualmente, durante el día, colgaban de las ramas de los árboles, pretendiendo ser musgo verde. Se quedaban quietas y esperaban a que la presa se acercara; solían cazar pequeños insectos y aves.
Tontín caminaba por el bosque como si nada pudiera interponerse en su camino, para él, no había tal cosa como un animal de sangre fría. A menos que la criatura tuviera alguna habilidad especial para enmascarar su presencia, con sus flamas del alma, cualquier criatura podía ser detectada tan fácilmente como una antorcha en plena noche.
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