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El problema...

ISHMAR

Al día siguiente, antes de salir a la oficina ha mandado a traer una camioneta para sus cachorros, que los lleven a darse un baño, ya luego indicara que los lleven a la casa de su madre; la despedida de ellos ha sido lo más duro y difícil, ha llorado al dejarlos ir. 

Llega Ishtar temprano a las oficinas; acompañada de varios arreglos florales que hace acomoden en su oficina, recepción y sala de espera. 

Lola sorprendida por tanta flor, saluda – buen día Lic. ¿Se encuentra bien? 

Ish aun decaída, pero se mantiene fuerte y firme – sí, gracias. ¿Cómo quedó mi agenda?

Lola – aquí está –le entrega una hoja impresa- ¿y todas esas flores?

Ish sonríe ilusionada y un toque de melancolía en la mirada – me las regalo Sandro, ha salido de viaje 

Lola sonríe sorprendida – ¡wow! Se ve que la ama, que bello gesto; ¿necesita algo más? 

Ish –sí, necesito que vayas de compras –le sonríe y entrega una hoja, y efectivo– esa es la lista, dirección y llave. ¡Urge!

Lola, sonríe emocionada –entendido

Ish en un susurro de confidencia le dice –nadie debe saber, sin evidencias

Lola, asiente con mirada cómplice –por supuesto

Ish – cuando llegue mi cita que pase, de favor

Lola – está esperando en la Sala

Ish –ok – se va a su privado, a trabajar. 

RECEPCIÓN ISHMAR

Más tarde ese día, sale Josué del elevador y encuentra a Dakota en la recepción trabajando en la computadora de Lola.

Josué, intrigado reacciona – ¡Dakota! ¿Qué haces ahí? ¿Dónde está Lola?

Dakota, le lanza por dos segundos una mirada y sigue trabajando –no lo sé, vine porque necesitaba información y ella me dijo que trabajara en su computadora; que regresaba en una hora

Josué – ¿¡ahora se manda sola!? 

Ishtar sale de su oficina despidiendo a un cliente, que también se despide de Josué y Dakota; Ella, sorprendida de ver a su hermana en el escritorio de Lola intenta preguntar – ¡Dakota! ¿Que...?

Josué responde antes de que pregunte –Lola se fue por un rato, ¡ahora también ella se manda sola! 

Dakota explica si dejar de teclear en la computadora. – dijo que regresaba en una hora, en lo que yo sacaba la información que necesito

Ish piensa y recuerda su petición; así que la justifica inmediatamente – ¡ah!, sí; Josué, lo lamento; es que me pidió permiso a mí, creo que no estabas y era algo urgente; aproveche para encargarle un par de cosas. No tardará

Josué exhala furioso pero resignado – bueno, pero yo necesito saber mis pendientes, citas, audiencias; mías y las de Diego

Ish busca en el escritorio de Lola y saca una hoja que entrega a Josué; él la toma sin decir nada, con mueca inconforme, se va a su privado. – ¡gracias! –le dice a la puerta de Josué, luego mura a Dakota- ¡es un berrinche! Te veo luego – Se va a la sala de espera, saluda a las personas que ahí están y pasa a otro cliente.

Cuando Ishtar despide pronto a su cliente para pasar al siguiente, se encuentra con Pedro, que la detiene

Pedro –Ishtar 

Ish – dime – Pedro que parece tener un nudo en la garganta y no le salen las palabras – ¿qué ocurre? –lo jala adentro de su privado; al ver su estado comienza a preocuparse y exaltarse, de nuevo – ¡habla!

Pedro, con apenas un hilo de voz le dice –Pablo no aparece, no da señales de existencia, ¿sabes sí Sandro ha hablado con él?

Ish respira profundo, manteniendo la frialdad y calma – ¿no se supone se fue, por eso?

Pedro – Si, se fue con su esposa, pero ayer no llegó a casa. 

Ish, con un nudo en el estómago le dice – Sandro se fue antier de casa, ayer alguien lo fue a buscar, no se quien… pero no parecía normal; por eso no vine. Pero tampoco confió en el comandante Rodríguez, que se supone investiga su caso, además…

Pedro – yo tampoco confió en él; ¿pero hay opción? 

Ish –dejarle de dar información

Pedro – ¿no estás preocupada? 

Ish – preocupada, muerta de miedo, toda la noche de antier la pase llorando y buscando soluciones; preguntándome porque demonios se largaría Sandro sin decir nada; pero también estoy cansada, ¿sabes? ayer una camioneta me persiguió y le dio un golpe a mi auto; contrabajos y me pude escapar

Pedro asustado y preocupado – ¿de verdad? Pero ¿Por qué te seguirían a ti? ¿Y él por qué se iría sin decir nada? 

Ish le dice con la voz cada vez más quebrada y los ojos húmedos – Porque me seguirían, yo que sé, para saber dónde está Sandro o Pablo… tal vez. Y si, se fue, dejando una casa llena de flores y una tarjeta que solo dice te amo y gracias. ¿Te suena a despedida? ¿Te dice algo? –Pedro niega con la cabeza, cada vez más pasmado por lo que le cuenta Ishtar– El comandante Rodríguez, estuvo ayer en mi casa –le cuenta un poco desesperada– ya no había patrulla cuidando; me sugirió que me fuera de ahí; le sorprendió saber que no estaba Sandro. Y luego me persiguen… es muy extraño –intentando recobrar la calma y frialdad– una maldita tarjeta, no me es suficiente. Pero ¿sabes? ¡Estoy cansada! No tengo fuerzas, debemos seguir con nuestras vidas, intentar olvidar esto; preocuparnos por nosotros. –Con un falso optimismo, concluye– Estoy segura de que sí Sandro se fue y Pablo desapareció, están juntos y deben estar bien

Pedro – eso espero

Ish –Dios quiera que sea así. Se fuerte por ellos. Es la única forma de ayudarlos. Resistiendo

Pedro suspira y cabizbajo; sale –sin duda no tienes corazón

Ish sonríe malévola –no es novedad. Y tú sabes que es verdad lo que he dicho. Anda, ahora déjame concluir mis pendientes –se va Pedro; Ish sale tras él y hace pasar al siguiente cliente.