Esta historia toma lugar en un continente llamado Pannotia, este continente está dividido en 6 países. Gondwana, Laurentia, Wafrica, Baltica, Amazonia y Congensis.
Nuestro protagonista vive en un pueblo situado en el país de Baltica, el más pequeño de los cinco países. Su pueblo se llamaba Turrex, se encontraba en una extensión (similar a como están situados Noruega y Suecia) y estaba casi más cerca de Amazonia que el centro de Baltica.
Nuestro protagonista se llama Lupen, es un chico de alta estatura; medirá unos 185cm, pelo y piel blanca y ojos rojos. Mucha gente también le decía que era muy maduro para su edad. Cualquiera diría que es alvino; pero no es así, toda la gente del clan Albrum; clan al cual pertenece Lupen, tiene esta apariencia. Aunque él es el único con ojos rojos, la mayoría de la gente de su clan tiene los ojos azules o verdes.
Lupen cumplió 17 años hace 2 meses. En este mundo esta edad es considerada la mayoría de edad y después de conseguir pasar el {Ritual de Dios}; un ritual en el que se pone a prueba tanto el cuerpo como la mente, recibirás una bendición y serás considerado adulto.
Lupen tiene un padre llamado Ruben, una madre llamada Camellia, una hermana un año mayor que él; de 18 años, llamada Cyn, un hermano un año menor que él; de 16 años, llamado Coll y una hermana de 6 años llamada Thy. El apellido de su familia era Lepus.
En este mundo (ALERTA DE CLICHÉ) existe la magia y es típico el irse de aventuras cuando alcanzas la mayoría de edad, aunque también muchos jóvenes se van a estudiar a Universidades Profesionales. En estas universidades los jóvenes entrenan para así poder aumentar sus capacidades en la profesión deseada, aunque cuentan que es muy difícil ser admitido/a en una de estas ya que existen muy pocas en el mundo. Pero cada persona que ha conseguido graduarse en estas universidades ha tenido un futuro prometedor.
Lupen se estaba preparando para salir de su casa cuando oyó un murmullo que decía: "𝘙𝘦𝘤𝘶𝘦𝘳𝘥𝘢𝘢𝘢𝘢", Lupen pensó que sería el viento o imaginación suya así que decidió no darle demasiada importancia.