Advertencias capítulo no apto para menores de 21 años: contiene temas sensibles para algunos lectores leer bajo su propio riesgo.
El despertar atado, solo fue la confirmación de mis mayores miedos, querían quitarme a Albafica, dios mio, debia huir de alli.
En esa época que un Alfa decida tener hijos por su cuenta era mal visto aún, quizás estos pensaban que yo lo había parido lo que para ellos sería un delito, debia salir y huir de alli.
No importaba cuanto aclarara para ellos siempre seria culpable, no existía la inocencia para tales casos, nunca eran inocentes.
—Lugonis solo es por tu bien, créeme saldrás de aquí mejorado y renovado.
—Yo estoy bien, solo quiero irme a mi casa mi hijo me extraña— Claro, que iría a mi casa, pero para huir con mi hijo del país, sabía lo que planeaban, había visto muchos casos en mi juventud.
—Me pregunto como una excelente unidad como tu, en el ejército todo lo que cualquier Alfa desearía llegar, dejo todo para dedicarse a salvar vidas dime que te ablando acaso fue la maternidad... —Aquellos ojos violetas del psiquiátra me acusaban, me juzgaban me inventaban un delito que no tenía. —Dime ¿Creíste qué no nos daríamos cuenta? Abandonaste al niño, y luego fingiste rescatarlo para poder criarlo sin que nos diéramos cuenta, pero hasta aquí llego tu mentira, creíste que podías jugar a la familia feliz por siempre, pero no. Te despediras de ese niño e irá al IMOOM y tu... nos encargaremos de enderezarte en la rectitud así que pronto comenzaremos con la terapia de educación, y sino la lobotomia —Jamás odie a una persona como odie aquel tipo, su rostro jamás se fue de mi mente, su tez blanca, su cabello blanco, un Alfa Albino, su nombre era Lune.
Un psiquiatra militar dedicado a enderezar Alfas por la rectitud, un pelele que se creía juez, y con el poder de juzgar y decidir quien era culpa o inocente.
Para su criterio todos eran culpables, todos.
—Yo soy inocente de todo lo que se me acusa, de todo. Jamás he tenido hijos propios, yo encontré y adopté a Albafica, no lo pari, jamás pari en mi vida. Soy inocente puedo demostrarlo, tengo papeles, puede hacer un adn.
—Esta bien demuéstralo, y te irás.
—¿En serio?
—Sí. —Sabía que me mentía, sabía que no me darian oportunidad para poder presentar las pruebas, pero solo necesitaba una charla solo una visita con la vecina solo una, para poner a Albafica a salvo y lejos. El IMOOM era un infierno, y él no merecia tal destino nadie lo merecia, así que ni bien la vecina vino a verme por el porque de mi tardanza, le explique a ocultas lo que debía hacer, en el fondo ya ella ya sabia, yo ya tenia un plan de respaldo por si pasaba algo similar, debido a este tipos de cosas es que la gente odiaba los hospitales principalmente los Alfas y los Omegas. Los humanos y Betas no sufrían estas persecuciones aunque quien sabe como todo en el mundo, todos tenemos nuestros propios demonios y el mio se había materializado me miraba con desprecio aquel psiquiátra que actuaba como acusador llevaría mi caso y que a la menor oportunidad me iba a lobotomizar cosa que hacía años era ilegal, pero eso no les importaba con tal de salirse con la suya.
Estar ahí era una tortura, aquel tipo se quería mostrar como que quería lo mejor para mí, pero no, simplemente buscaba la forma de engañarme la forma de que yo confesara mi supuesto crimen, mis pecados.
Y entonces decidí seguirle el juego para poder salir de alli, poder salir de aquel lugar lo antes posible. Quizás haciéndole caer en su propia trampa, es que con solo verlo ya había descubierto su punto débil y lo usaría en su contra.
Su punto débil era su apariencia, nadie lo consideraba un Alfa de no ser por su uniforme y que lo decia cada 5 minutos, como que si al no decirlo dejaria de serlo; "Mas respeto. Soy un oficial superior no un don nadie; soy un Alfa, no un Omega de mala vida como el pecaminoso que te dio el ser" "Respetame, o te haré juzgar por una corte marcial" por lo que gobernaba aquel lugar abusando de su poder.
Su apariencia era enfermiza: era demasiado blanco, se atrasparentaba su piel, notandose sus venas. Sus ojos a veces llegaban a tonos violáceos debido al albinismo, por lo que debía protegerse del sol, por lo delicado que era.
No era un tipo del que podía considerarse atractivo para los Omegas, y los Alfas no lo consideraban alguien por el cual temer, pero debido a su poder era temido.
Me odiaba y no había duda, era por envidia, yo en mi juventud había alcanzado grandes cargos en el ejércitos cargos que el no podria obtener sino fuese por acomodos, y el que yo renunciara le daba más odio, que alguien rechazara lo que el anhelaba tener por merito propios y ahora encontraba una forma de mostrar superioridad, de mostrar que era mejor, enderezandome por el "buen" camino, pero habia encontrado su punto débil y escaparía de sus garras.
Lo que yo no sabía que él sería mi karma que me perseguirá, azotaria mi mente, mi conciencia por siempre.
Y que no importaba cuanto huyera de él, este me encontraría y se encargaría de quitarme todo, incluido mi hijo.
Aun después de decadas y estando el muerto volveria de una forma o otra a vengarze a hacerme daño.
Continuara...