Cómo Hubiera Sido Mi Vida Si Mi Decisión Hubiese Sido Otra

Mi nombre es Lis, tengo 40 años, mido 1'70, peso unos 65 kilos, estoy bastante delgada para mí estatura, tengo el pelo castaño, ojos oscuros. Soy una persona bastante extrovertida. Me gusta mucho leer, escuchar música, bailar, cantar. Soy soñadora, me gustan los libros de esoterismo, magia, todo lo relacionado con espiritismo, brujas, hadas, leyendas...

También me encanta cocinar, cuidar de mis hijos, ir al parque con ellos, de compras.

Vivo en un barrio humilde, las casa aquí son muy normales, de cuatro habitaciones, salón, cocina, sala de juegos, y un patio pequeño. Estoy casada desde hace 20 años, mi marido Mike trabaja en una oficina, tenemos tres hijos, dos niños y una niña, de edades comprendidas entre los doce y ocho años. Van al colegio en transporte escolar.

Yo soy ama de casa desde que me quedé embarazada. Mi vida es muy tranquila y austera(bastante aburrida diría más bien).

Me levanto todas las mañanas , muy temprano, sobre las seis de la mañana, me gusta desayunar tranquilamente, me tomo mi café mientras ojeo mis libros, con el silencio de la mañana, sobre las siete empiezo con la rutina diaria.

Preparo los desayunos y almuerzos para el colegio de mi esposo e hijos, se levantan y desayunan, se visten, los acompaño a la parada del autobús, y vuelvo a la casa, friego lo del desayuno y la cena del día anterior. Me pongo la música, y recogo la casa, hago las camas, barro, friego, habitaciones, baño, salón, cocina...

Preparo la comida para cuando terminen el colegio y el trabajo, comemos, recogo la cocina. Y me tumbo un rato para descansar una hora, me levanto y me pongo a hacer la tarea con los niños(deberes), cuando terminamos, si hace una buena tarde nos vamos al parque para que jueguen, si el día está malo, me pongo con ellos a jugar un rato en casa, o leemos cuentos, vemos alguna película de dibujos... Hasta la hora de los baños. Y ya cada uno se va a su habitación.

Después me siento un rato con mi esposo, hablo con él de cómo le ha ido el día, como ha sido el mío, de los niños, de si tenemos algún plan para el fin de semana, y de lo que vamos a ir s comprar. Los sábados hacemos la compra de toda la semana, tenemos una lista en el frigorífico, donde vamos apuntando las cosas que se nos acaban, y aparte las comidas de toda la semana siguente.

Los domingos solemos hacer salidas familiares, parque de atracciones, zoo, cine, o eventos. Aunque no salimos todos los domingos, otros nos quedamos en casa, y vemos películas todos juntos.

Aunque cuando mejor estoy es cuando están ya todos acostados, y me quedo sola. Me siento en el sillón, cogo alguno de mis libros, empiezo a leer, o solamente me siento, sin hacer nada. Y entonces mi mente empieza a volar, y se va hacia mis años de instituto.

Allí sí que era feliz, estábamos siempre mis dos amigas Sara, Ana y yo. Íbamos a todos los lados siempre juntas, estudiábamos juntas, y planeábamos nuestro futuro juntas. A las tres nos gustaban las mismas cosas, y teníamos el mismo sueño, teníamos planeado todo nuestro futuro juntas

Dónde íbamos a vivir, en qué íbamos a trabajar cada una, y por su puesto, las tres solas, no entraba en nuestros planes casarnos ni mucho menos tener hijos. Muchas veces echo de menos esa vida, o saber cómo hubiese sido si no hubiese conocido a mi marido y hubiese seguido con ellas.

Aunque también pienso que ahora mismo no se qué haría sin mis hijos, no sabría vivir sin ellos. Pero los niños, porque mi marido, la verdad que ahora mismo, con él o sin él, ya no me importa mucho. No es que no lo ame, pero la rutina es muy mala, y nosotros llevamos muchísimos años haciendo lo mismo.

Y muchas veces pienso en buscarlas, y llamarlas, saber cómo es su vida, volver a retomar el contacto, y porqué no, intentar retomar lo que siempre quisimos ser, si aún quieren ellas claro está. Me lo estoy pensando, y creo que lo voy a hacer. Porque como ya he dicho al principio mi vida es demasiada rutinaria y aburrida. Y creo que con mi edad, pensar estar así toda la vida, uff, no quiero ni pensarlo, porque esto no es vida

Bueno ya de vuelta a la realidad, en el sillón de mi casa, las once de la noche, tras otro día rutinario y agotador, estando los niños acostados, mi marido también, no me queda otra cosa que irme a la cama. Que las seis de la mañana dan muy pronto. Subo a la habitación, me meto en la cama y después de todo el día sin parar, me quedo dormida nada más acostarme, cosa que agradezco, porque vuelvo a soñar.

Ahí no tengo que recoger, ni fregar, ni preparar desayunos, ni comidas, ni nada de eso. Ahí si que estoy con mis amigas, ahí si soy lo que siempre quise ser. Vivimos las tres juntas, estamos alegres, nos reímos mucho. No hay problemas, ni deberes, ni lavadoras, duchas, ni familia.

Solo las tres, contra el mundo, arreglando todos los problemas, ayudando a la gente, ocupándonos de las injusticias. Parecemos heroínas jaja, aunque para nada lo somos, somos tres chicas, con un pequeño secreto, oculto, secreto, que nadie conoce, pero gracias a lo que somos la mayoría de las personas que nos rodean, sin saberlo estaban a salvo. Algo con lo que soñábamos desde que eramos muy pequeñas, y desde que tenemos uso de razón, empezamos a estudiar, a investigarlo, y a empezar a practicar. Aunque sabíamos que si alguien se enteraba íbamos ha estar en problemas, por eso siempre lo llevábamos todo en secreto.

Cuando más feliz y a gusto estaba en el sueño, sonó el despertador. Ya las seis de la mañana. No puede ser. Que rápido pasa la noche, y que despacho el día, que cierto es el refrán ese que dice que lo bueno dura poco.

Pues nada, a levantarse y vuelta a la rutina de todos los días. Aunque cuando se levantó Mike, después de desayunar , me preguntó que qué es lo que estuve soñando anoche, porque no dejé de hablar, que estuve llamando a mis amigas de la juventud toda la noche. Yo disimuladamente le dije que no me acordaba de nada, que sabía que soñaba tan profundo que nunca me acordaba de nada al día siguiente. Que sentía mucho haberle dado la noche, a lo que me respondió que no pasaba nada, que sabía que no era de forma intencionada.

La verdad, es que está conversación me ha dado la clave, creo que ya es la hora de ponerme a buscarlas, de tratar de encontrarlas e intentarlo. Si mi mente está soñando tanto con ellas es porque me está mandando señales, y creo que tengo que hacerle caso e intentarlo.

Cuando me quede sola, me pondré a buscar en internet, a ver si consigo alguna pista de alguna de las dos, porque la verdad, he perdido todo contacto con ellas. Desde que conocí a Mike, no les gustaba a mis amigas ni él a ellas, yo era joven y tonta, la verdad sea dicha, y me enamoré perdidamente, y me di cuenta tarde de que me estaba alejando de ellas. Se supone que cuando estás con alguien no tienes porqué perder a tus amistades, pero él me quería solo para él, y lo consiguió. Terminé mudandome a otro país, sola, sin famila, sin amigos. Y perdiendo el contacto con todo el mundo. Se aseguró que dependiese única y exclusivamente de él en todos los sentidos. Incluso no podía trabajar asique hasta economícamente dependía de él, me tenía atrapada en un país extranjero, sin amigos, familia, ni dinero.

Me costó tiempo adaptarme a la vida aquí, las costumbres eran completamente distintas a donde yo venía, tenían otro horario diferente. Empezaba muy temprano el día y a las 8 de la tarde ya estaban cenando. Pero ahora ya es rutinario todo. También a la hora de conducir, aquí conducen al revés, tienen el volante a la derecha, en vez de a la izquierda.

Si como os habréis imaginado ya, estoy viviendo en Inglaterra, en un pequeño pueblo Mousehole, al sur de Cronwall (esta en la esquina de abajo de Inglaterra donde se acaba).

Llevo viviendo aquí ya más de 20 años, pero aún así conozco a pocas personas aquí, tengo pocas amistades. Algunas madres del colegio, que no son amigas solo conocidas, al igual que vecinas. Amigas como tales no tengo a nadie. Solo tenía a Ana y Sara.

Veré que me hará el destino al día siguiente... Y espero que todo me vaya bien.