A medida que el Duque y la Duquesa se acercaban, sus ojos se dirigían a la entrada de la fortaleza de Everton. El imponente puente levadizo se alzaba sobre ellos, su formidable presencia obstruyendo todo acceso a la fortaleza.
El sonido del choque de armaduras metálicas resonaba a su alrededor mientras los vigilantes caballeros de Roguemont estaban apostados en cada esquina.
Desde las alturas de las almenas, se podía ver la vista de arqueros hábiles preparando sus arcos. El tenue olor a piedra húmeda se mezclaba con la anticipación que flotaba en el aire.
Faye era muy consciente del silencio, roto solo por el sonido de sus propias respiraciones rápidas. Sentada allí, no podía sacudirse la sensación de que ella era la causa de la intensa confrontación.
—¿Por qué la iglesia envió una legión de caballeros sagrados? —preguntó ella a Sterling, con un gesto inquisitivo.
Support your favorite authors and translators in webnovel.com