Yu Dong sabía por qué decía todo eso, por lo que extendió sus manos y sostuvo su rostro, haciendo que él la mirara a los ojos. —Escúchame Liu, no me voy a ir a ninguna parte y nunca te abandonaré a ti ni a nadie. Admito que no estaba preparada para asumir tantas responsabilidades de una vez y estaba un poco abrumada por todo, pero no voy a dejar ir a nadie, ¿de acuerdo? Así que deja de preocuparte por si te dejo. Ten confianza en ti mismo, si os dejo, ¿dónde encontraré tritones tan buenos como ustedes tres?
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