Su hijo perdido

Dora observaba cómo se sentaba, con el corazón saltándose latidos.

—¿El kraken se lo llevó? ¿Cuándo?

—Dora olfateó—Lo tenía agarrado, lo juro, antes de que pudiera hacer algo más, el kraken me lanzó lejos de él. Puedo jurar que sentí todo mi cuerpo entumecerse.

Nyx sacudía la cabeza aún aturdida, escuchando a medias a Dora mientras hablaba.

Se giró para mirar el arroyo —Archi... —dijo suavemente.

Dora se sentía incómoda con su reacción —Nyx, lo siento, prometo encontrarlo, sé que aún no se ha ido.

Nyx levantó la vista hacia ella, sus ojos llenos de lágrimas —¿Cómo lo perdiste? ¿Por qué? —susurró.

—Fue mi error, no debería haberle dejado llenar su barril, entonces el kraken no habría llegado a él.

Nyx cerró los ojos, no sabía si debía llorar, o hacerse algo malo. Se sentó en el suelo, aún aturdida, lo único que seguía reproduciéndose en su cabeza era la pérdida de Archi.

—Archi —se apoyó en sus manos, pero cayó de rodillas, porque estaba demasiado débil para levantarse.