Hera despejó nerviosamente su garganta mientras suavemente guiaba a Leo de vuelta al sofá. La llegada inesperada de Dave parecía apagar el ardiente deseo anterior de Leo, y ahora él se mostraba sorprendentemente compuesto a pesar de su aspecto desaliñado y ropa arrugada. Si no fuera por estos signos reveladores, uno podría no sospechar que algo había ocurrido en la habitación justo momentos antes.
Leo abotonaba lentamente su camisa, dirigiendo una mirada disculpándose hacia Hera. No había anticipado que Hera también hubiera sido drogada, y se encontraba reflexionando cómo su agradable comida había tomado tal giro. Mientras Leo y Dave se habían entregado a una competitiva lucha por la atención de Hera, ciertamente no habían previsto que los acontecimientos se desarrollaran de esta manera.
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