Incapaz de Controlar sus Sentimientos, Monitoreando a la Familia Lu

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La mente de Qiao An estaba aturdida. Ante la directa petición de Huo Xiaoran, se sintió un poco avergonzada e insegura.

Pensó en aquellas jóvenes y hermosas promesas. Él profesó amarla, protegerla, sostener su mano, y envejecer con ella. Ella lo respetaba y lo sentía lástima por él. Quería ser su dulce flor y darle la luz más cálida del mundo.

Quería desentenderse de todo y hundirse con él. Pero su conciencia, su moral, no le permitían caer.

—Hermano Xiaoran, no puedes —se resistió.

Cuando él se inclinó para besar su mejilla, ella claramente quería corresponderle, pero lo que finalmente hizo fue empujarlo brutalmente.

—An'an, vuelve conmigo. ¿De acuerdo?

—No hago de tercera en discordia —Qiao An se levantó bruscamente.

Huo Xiaoran se sentó y la atrajo hacia sus brazos.

—Tonta, ¿cómo podría ponerte en una situación tan incómoda? No eres una amante.

Qiao An miró su sincero rostro y suspiró.