Ye Cheng negó con la cabeza ligeramente.
—Encuentra a alguien para informar a mi padre sobre esto. Que él se encargue.
Después de un momento, Ye Cheng pareció reconsiderarlo y dijo con un suspiro:
—Olvidalo. No le digas nada. Envía a los abogados.
Ye Cheng no podía dejar que su padre se ocupara de los asuntos de su madre y su hermana. Si su padre descubría la verdad en el futuro, ¿cómo iba a enfrentarlo?
Chen Chen ya no se atrevía a hacer más preguntas y se apresuró a hacer una llamada para hacer los arreglos.
…
El asunto de Ye Xin se extendió como un incendio, causando una tormenta en la ciudad.
No pasó mucho tiempo antes de que Ye He se enterara del asunto. Estaba ocupado buscando gente y pensando en cómo manejar la situación. Al mismo tiempo, no olvidaba hablar tonterías y escupir insultos a quien quisiera escucharlo, maldiciendo a la familia Mu por su crueldad. Insultaba a Mu Chen por ser desalmado y a Song Ning por ser malvada.
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