Vea a la Señorita Qin

—No —Cheng Juan se detuvo y la miró, sus ojos descuidados como finas piezas de hielo y nieve flotando fuera del corredor en el cielo.

Cheng Wenru entrecerró los ojos. —Tú...

Esta no era la primera vez que escuchaba decir esto a Cheng Juan. Lo miró fijamente durante mucho tiempo, agitó su mano y recogió su abrigo. —Olvídalo. Incluso si quieres verlo, no necesariamente le importarás. Eldest Bro ha intentado atraerlo durante varios meses sin éxito.

—Tercer Joven Maestro, el Viejo Maestro quiere que regreses —dijo un sirviente en el corredor opuesto.

Cheng Juan asintió lentamente.

Se subió el cuello de la camisa y sintió que era demasiado problemático volver. Hoy, algunos de los miembros de la generación mayor de la familia Cheng habían vuelto, y él debía saludarlos uno por uno.

Lo miró a Cheng Wenru.

Ella lo persiguió rápidamente. —Llevaré a Ran Ran a mi ala. Puedes venir a encontrarnos allí más tarde.