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—Mamá, ¿qué te pasa? —Ning Qing sintió que la reacción de Chen Shulan era extraña.
—Chen Shulan levantó la mirada y dijo vacilante:
— Ese profesor Wei Lin, suena familiar…
—Qin Ran había pelado la piel de la manzana y la cortó en pedazos pequeños. Empujó un trozo a la boca de Chen Shulan y dijo con expresión vacía:
— Abuela, come las manzanas.
—Las palabras de Chen Shulan quedaron atrapadas en su garganta.
—Ning Qing dejó la taza de té y no prestó mucha atención:
— Oh. Creo que es probablemente una de tus amigas del mahjong que tiene el mismo nombre. Es un nombre típico.
—Quizás —dijo Chen Shulan vagamente—. Ahora no tenía buenos dientes, así que mascaba muy despacio.
—Qin Ran terminó de cortar la manzana. La puso en un plato e insertó unos palillos en los trozos.
—Chen Shulan continuó mirando silenciosamente a Qin Ran. Qin Ran suspiró en silencio, bajó la cabeza y dijo con calidez:
— ¿Voy primero a la escuela?
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