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De vuelta a casa (parte 4)

Al llegar a casa entro directo a la sala, mamá está viendo la televisión con una taza de café en la mano, su mirada no se posa en mí, sino en la puerta abierta, se ve que está muy sorprendida al ver que ya llegamos, en su frente veo un tic nervioso, como si quisiera fruncir el ceño. Esta reacción no me sorprende ni un poco, esta es la forma en la que me ha tratado este par de años, ni siquiera puede mirarme a la cara o decirme más de dos oraciones seguidas, siempre busca la forma de irse del lugar en donde me encuentro, es como si me odiara.— Hola mamá. — Digo muy tranquila con una tenue y temblorosa voz.— Creí que volverían más tarde. — Deja la taza sobre la mesa.— Decidimos sorprenderte viniendo antes. — Entra mi padre con algunas maletas en la mano.— De haberlo sabido no habría programado una visita domiciliar a esta hora, de hecho, ya estaba de salida. — Toma sus llaves de la mesita junto al sofá.— ¿Por qué mientes? — Pregunto al sentir una fuerte presión en el pecho. — No logro comprender porque me odias tanto, ni siquiera puedes mirarme a los ojos. — La detengo cuando intenta salir.— Katrina, tengo trabajo que hacer, déjame pasar.— Ambas sabemos que no es cierto. ¿Por qué mientes?— ¿Mentir? No olvides que soy tu madre, no me hables así.— Pues tú olvidas que soy tu hija. Mamá yo creo que ya es hora de que tú también busques atención psicológica como lo hicimos nosotros. Te prometo que te ayudarán a sobrellevar el dolor que sientes por la pérdida de Steve.— No me menciones su nombre. — Ahora si me ve fijamente a los ojos, pero con una mirada furiosa. — Yo no necesito ayuda de nadie.— Claro que sí la necesitas, perdiste un hijo, entiendo que como madre eso es muy doloroso, pero también era mi hermano, a mí también me duele, lo extraño todos los días. — Las lágrimas se desbordan por mis ojos. — ¿Sabes lo difícil que ha sido superar esto sin poder hablarlo con mi madre? A veces tan solo quisiera que me abrazaras y me dijeras que todo va a estar bien, pero lo único que recibo de ti es desprecio.Mi madre insiste en querer pasar, pero no me quito del camino, me quedo allí plantada sin moverme un centímetro.— Ya déjame salir. — Hace caso omiso a lo que dije.— Mamá, sé que me culpas por la muerte de Steve, yo también lo hago, pero te advierto que con esta actitud estas en camino de perder a otra hija. — La miro seriamente a los ojos. — Aunque tal vez eso no te importe.— No vuelvas a decir eso. — Me da una fuerte bofetada.Mi padre al ver aquella escena interviene, se pone en medio de las dos para evitar un confrontamiento mayor.— Ya lárgate de aquí Melissa. — Mi padre le habla con su tono autoritario sin apartarle la vista de encima.Travis quien vio todo desde afuera corre a consolarme, me abraza muy fuerte mientras nuestra madre sale por la puerta.— Lamento tanto todo esto. — Cierra la puerta. — Creo que todos dejamos que se comportara así porque creímos que era parte de su duelo, pero ya es más que suficiente, es inaceptable que continue así, hablaré con ella cuando vuelva.— Déjalo así, no importa. Nada la hará cambiar hasta que ella misma no quiera hacerlo. — Sobo mi mejilla para intentar aliviar el dolor.— Déjame ver tu mejilla. — Travis quita mi mano de allí. — Tienes una pequeña cortada, y tu mejilla se está inflamando, iré por un poco de hielo.— Justo lo que me faltaba, tengo que ir a cenar con Jen y sus padres en dos horas y mañana tengo un evento en la universidad.— Tranquila, si cierras los ojos no se nota mucho. — Mi padre intenta hacerme reír.— Les pediré a todos en el restaurante que lo hagan. — Me rio secando las lágrimas con el dorso de mi mano.— Solo ponte un poco de maquillaje, quizás así se note menos. — Travis regresa con el hielo envuelto en un paño de cocina. — Aquí tienes.— Gracias, iré a mi habitación tengo muchas cosas que hacer antes de que vengan a recogerme.En mi habitación preparo la ropa que voy a llevarme y el maquillaje que voy a usar mientras sostengo el hielo con mi mano derecha. Me ducho y seco mi cabello antes de peinarlo, posteriormente tomo bastante tiempo para maquillarme, me concentro sobre todo en la marca que dejó la bofetada.— Es imposible, se nota de cualquier forma. — Me rindo finalmente.Termino de maquillarme para posteriormente ponerme el vestido que elegí para esta ocasión, es un vestido negro, bastante elegante, arriba tiene corte corazón y con los hombros al descubierto, tiene una abertura que inicia a media pierna derecha y en la cintura tiene una delgada fila de cristales. Lo combino con unos zapatos de tacón negros, un collar de perlas junto con una pulsera y aretes que le hacen juego.— Kate, los Harris están aquí. — Grita mi padre desde la primera planta.— Ahora voy.Me pongo rápidamente lápiz labial rojo y el perfume que me regaló Jen para mi cumpleaños, es un olor dulce bastante agradable, con notas de jazmín, almendra y nardo.— ¡¿Qué hay?! — Jen abre la puerta de mi habitación sin previo aviso.— Hola, ya estoy lista.— Te ves muy hermosa ¿ese vestido es nuevo?— No, pero nunca había tenido alguna ocasión para usarlo.— Pues te queda de maravilla. Deberías llevártelo por si alguno de tus galanes te invita a una cita elegante. — Dice pícaramente. — En el suelo de sus habitaciones se va a ver bien. — Continúa riendo.— Muy graciosa Jen. Aunque no es mala idea.— Hola Jen. — Travis se asoma por la puerta. — Tiempo sin verte.— ¡Travis! — Se aproxima a él para abrazarlo. — ¿Cómo has estado? ¿Cómo está Lucy?Le hago varias señas a Jen para que deje de hablar, pero simplemente parece no entender.— Miren la hora. — Miro mi muñeca sin siquiera tener un reloj allí. — Ya es hora de irnos.Tomo a Jen por el brazo para guiarla escaleras abajo, en la sala están los padres de Jen hablando con mi padre sobre nuestros progresos en la universidad.— ¿Ya nos vamos? — Pregunta Jen.Creo que está apresurada por irnos para que le explique porque la saque así de mi habitación.— Si, vamos chicas.——————————————————El restaurante es bastante elegante, el lobby tiene doble altura, donde nos recibe un anfitrión el cual nos lleva a la mesa que reservaron hace casi un mes, el lugar es tan exclusivo que se tiene que hacer la reserva con antelación. Las mesas son de mármol, las sillas están fabricadas de nogal con asiento acolchado de forro beige. Al sentarnos un mesero nos sirve agua en copas, luego nos entrega el menú antes de retirarse.— ¿Y bien? — Jen me golpea ligeramente con su pie para llamar mi atención.— ¿Qué pasa?— ¿Por qué no me dejaste hablar con Travis? — Me susurra para que sus padres no puedan escuchar.— Lucy está embarazada. — Me acerco un poco a ella para compartir la información.— ¡¿Tu hermano va a ser padre?! — Jen casi escupe el agua que estaba bebiendo.— ¿Travis y Lucy van a ser padres? — Pregunta el señor Harris.Mierda, ahora tendré que explicarle a todos la situación en la que se vio envuelto mi hermano.— No, Travis no va a ser padre. Me temo que Lucy lo engañó en un viaje de trabajo que hizo. Ella está embarazada, por eso mi hermano decidió terminar con su relación.— Eso es horrible. — La señora Harris parece bastante sorprendida.— Lamento mucho escuchar eso ¿Cómo está él?— Él está superándolo poco a poco, pero quisiera pedirles un poco de discreción con el tema, creo que Travis aún no quiere que nadie lo sepa, de hecho, no sé aún si mis padres están al tanto de ello.— No te preocupes, no diremos nada.El mesero regresa para poder tomar nuestra orden, mientras todos piden, yo reviso rápidamente el menú, me encuentro con toda clase de cosas extrañas aquí, ¿hígado de pato? ¿Mollejas? ¿Caracoles? ¿Calamar en su tinta? Nada suena apetitoso. En la sección de pastas encuentro una que no se ve tan mal.— ¿Y para usted señorita? — Finalmente llegó mi turno.— Quiero un Fetuccini al Pesto con pechuga de pollo a la plancha.— ¿Y para beber?Nunca me ha gustado ordenar comida, siempre me siento tan presionada y ansiosa. Mis ojos se posan nuevamente en el menú mientras pienso con rapidez que es lo que quiero beber, no es una pregunta difícil pero mi cerebro se bloquea tan solo de pensar que debo apresurarme. El mesero continua mirandome mientras analizo el menú de bebidas, veo de reojo como mueve el bolígrafo de arriba a abajo, seguramente está apurado, después de todo el restaurante está bastante lleno.

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