Capítulo 1: El Encuentro Inesperado
Narra Ifigenia
¿Recuerdas la primera vez que te enamoraste?
A veces nos enamoramos de una sonrisa, una sonrisa que nos hace suspirar. O tal vez nos enamoramos de unos ojos cautivadores, unos ojos que nos atrapan. A veces, nos enamoramos de alguien por su personalidad o incluso por su físico.
Hola, mi nombre es Ifigenia Rodríguez, tengo 15 años y vivo en California. Mis padres están divorciados y mi padre se mudó a Nueva York por motivos de trabajo.
Y esta es la historia de mi primer amor. Me enamoré de alguien inesperado, mi profesor de literatura. Sé que esto está mal y no debería sentir lo que siento, pero ¿puedo evitarlo? James Santiago es un hombre maravilloso. Es atractivo, joven e inteligente. Sus ojos son como un laberinto en el que te pierdes sin darte cuenta.
Lo conocí cuando tenía 13 años, recién ingresaba a la secundaria. En ese momento, él aún no era mi profesor, tenía 18 años. Desde ese momento, me enamoré de él de una manera que nunca imaginé.
Pero dudaba que él se fijara en mí. No me considero especialmente bonita, al menos eso es lo que pienso. Tengo piel blanca, ojos cafés y labios de un suave tono rosado. Soy de estatura promedio, delgada pero no demasiado. ¿Quién podría fijarse en alguien como yo?
Dejé de ver a James cuando se graduó de la preparatoria y se fue a estudiar a la universidad. Llegué a pensar que nunca lo volvería a ver, pero la vida siempre nos sorprende.
Pero bueno, si voy a contar mi historia, será mejor que comience desde el principio. Todo empezó en un día normal, un día soleado y agradable.
Eran las 7:15 am cuando desperté al sonido del despertador. La verdad es que no estaba muy emocionada por mi primer día de clases en la preparatoria.
- Hoy es mi primer día de clases. ¡Qué fastidio! - me quejé.
Me levanté, arreglé mi cama y fui al baño para ducharme con agua fría. Después de terminar, salí del baño y me dirigí a mi armario.
Miré mi ropa por un momento y decidí ponerme un vestido azul marino que resaltaba mi figura.
Este año, había decidido hacer algunos cambios en mi vida y tal vez encontrar a un chico que hiciera que las demás chicas me envidiaran.
Aunque en realidad, solo podía pensar en James. La distancia no había disminuido lo que sentía por él, al contrario, lo había intensificado.
Elegí unos zapatos negros, dejé mi cabello suelto y me apliqué un poco de maquillaje.
- ¡Ifigenia! - gritó mi mamá desde la cocina - Te estás quedando sin tiempo, apúrate por favor.
Bajé lo más rápido que pude y ahí estaba mi madre con su hermosa sonrisa de todas las mañanas.
- Hola mamá - saludé con poco entusiasmo.
- Hola hija - respondió dándome un beso en la mejilla - ¿Cómo estás? ¿Lista para la escuela?
- Sí - respondí algo nerviosa.
Después de desayunar, mi madre me llevó a la escuela.
Media hora después, ya estaba frente a la institución. La verdad es que llamaba la atención con el atuendo que había elegido.
De repente, sonó el timbre para entrar a clases. Revisé mi horario y vi que mi primera clase era de literatura. Siempre odié esa materia porque siempre la había dado un profesor aburrido y espantoso, pero no tenía opción, tenía que tomarla.
Al entrar al salón, me senté en uno de los primeros asientos, ya que no conocía a nadie aquí.
Estaba perdida en mis pensamientos cuando escuché que la puerta del salón se abría y vi entrar al hombre más guapo y atractivo que había visto en mi vida.
- Buenos días, alumnos. Mi nombre es James Santiago, su nuevo profesor de literatura - anunció.
- James - pensé.
Él era mi nuevo profesor de literatura. Maldita sea mi suerte, mil veces maldita. ¿Cómo puede ser que este hombre tan atractivo sea mi profesor de literatura? Si antes no tenía posibilidad alguna, ahora mucho menos - murmuré en mi mente sin apartar la mirada de él.
Él nos dedicó una sonrisa a todos.
La clase transcurrió entre explicaciones y ejemplos de poesía. James era un profesor apasionado y se notaba en su manera de enseñar. Cada vez que hablaba, sus palabras me envolvían y me transportaban a un mundo lleno de emociones y belleza.
De vez en cuando, sentía su mirada en mí y yo le lanzaba una sonrisa coqueta. No sé por qué lo hacía, nunca había sido coqueta antes.
Cuando sonó el timbre, desperté de mis pensamientos. Estaba guardando mis cosas en mi mochila cuando, de repente, tropecé con una silla y cerré los ojos esperando el golpe contra el suelo. Pero los abrí cuando sentí unas manos sujetando mi cintura.
Y para mi sorpresa, era él... era el hombre más atractivo que había visto en mi vida.
No pude evitar mirarlo a los ojos con una sonrisa coqueta.
Él solo sonrió y susurró en mi oído.
- Ten más cuidado, preciosa.
Esas palabras me hicieron estremecer.
- Me llamó preciosa - pensé.
Dios mío, este hombre me volverá loca. Pero lo que él no sabía es que estaba conociendo a mi profesor.
Narra James
Mientras observaba a mis nuevos alumnos, mi mirada se detuvo en Ifigenia. Su belleza y su sonrisa coqueta me atrajeron de inmediato. No podía evitar sentir una conexión especial con ella, aunque sabía que era inapropiado y complicado. Traté de mantener la distancia profesional, pero era difícil resistirse a su encanto.
Durante la clase, noté cómo Ifigenia se sumergía en mis palabras y cómo su atención se centraba en cada ejemplo que daba. Me alegraba ver su interés y su entusiasmo por la literatura. Aunque intentaba no prestarle demasiada atención, no podía evitar sentir que había algo más entre nosotros.
Después de la clase, me acerqué a Ifigenia para asegurarme de que estaba bien después de haber tropezado. Su sonrisa coqueta y su mirada desafiante me hicieron perder el aliento por un momento.
- Ten más cuidado la próxima vez, preciosa - le susurré al oído, sin poder evitar que mi voz sonara un poco más cercana de lo necesario.
Ella se estremeció ante mis palabras, y su reacción solo aumentó mi atracción hacia ella. Sin embargo, sabía que tenía que mantener la distancia y actuar como su profesor.