Su padre estaba allí, mirando la escena mientras se desarrollaba. Como no había dicho que no inmediatamente, Beatriz avanzó.
—Me gusta mucho, Papá. Es bueno conmigo, me trata como una reina y sé que es capaz de mucho. Tú habrías hecho lo mismo en su lugar... no está bien.
—Hablas mucho de él. ¿Cómo encaja su hermano en todo esto? —preguntó su padre.
Beatriz se mordió el labio inferior y Damien habló.
—Si a ella también le gusta Rhys, que así sea. Yo sé que quiero estar con Beatriz y mientras ella me quiera, estaré aquí. Sé que la cagué, pero lo siento. Pido disculpas en nombre mío y de mi hermano. Por favor, darme otra oportunidad para hacerla feliz.
Beatriz tomó su mano y se inclinó hacia Damien. Sus ojos se iluminaron y sonrió ligeramente.
—Quiero estar justo aquí, contigo y con Rhys.
—Me alegra oírlo —ronroneó Damien, envolviéndola con sus brazos alrededor de la cintura.
Ares frunció el ceño.
—No hay puta manera
—¿Confiarías en ellos? —preguntó el padre de Beatriz.
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