—...Oh —Harper fue la primera en recuperarse de ese estado aturdido en el que ambos se habían quedado atascados. Frotándose los ojos soñolientos, miró hacia abajo entre ellos y... vio la marca oscura de una mancha fresca y húmeda en sus bóxers—. Dios mío... ¿Acabamos de... Pero cómo... Qué...
Sí, exactamente las mismas preguntas profundas que pasaban por su propia cabeza en ese momento.
—Supongo... ¿que la tensión sexual no resuelta no envejece bien durante la noche? —Eli optó por algo sarcástico, con la esperanza de que eso cubriese su vergüenza por haber montado tal escena por enésima vez esa noche. Rodando hacia su espalda, se distanció lo suficiente de ella y respiró hondo, intentando calmar su corazón aún desbocado.
Joder. Dicen que la mujer adecuada en tus brazos se supone que funciona como una pastilla para dormir, calmándote y meciéndote durante un sueño sin sueños. ¿Pero cómo es que esta en su cama se sentía más como... ¿una pastillita azul?
สนับสนุนนักเขียนและนักแปลคนโปรดของคุณใน webnovel.com