Anna cerró los ojos, intentó recordar un evento de su infancia. Un momento en el que tocaba las notas a la perfección, pero no lograba recordar nada. Pasó un minuto, y luego otro, pero seguía sin acordarse. Intentó pensar, intentó acordarse de algo, de cualquier cosa, pero no le venía nada a la mente.
Ella había recordado antes, ¿entonces qué estaba pasando ahora?
Empezó a entrar en pánico, sus manos temblaban sobre el teclado. No podía recordar nada, ni una sola cosa de su pasado. Oh, esto es tan embarazoso. Y el público no ayudaba en absoluto, ya que comenzaron a murmurar.
Damien, que observaba a su estudiante, se agachó a su nivel —¿Está todo bien Anna? —preguntó, pero la chica no respondió. Cerró los ojos con mucha fuerza.
—Está bien, puedes abrir los ojos. No pasa nada si no recuerdas nada, habrá una próxima vez —dijo Damien con calma.
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