Capítulo 23: Llamada a casa

Me doy la vuelta y veo a un hombre que es casi tan alto como Rick, pero sus rasgos son claros mientras que los de Rick son oscuros. Sería guapo si no fuera porque tiene el ceño fruncido. Intento encontrar a Carl en mi visión periférica, pero por primera vez desde el ataque, no está cerca. Enderezo los hombros, alzo la barbilla y me dirijo al rubio enfadado con decisión.

—¿Puedo ayudarle? —pregunto de forma agresiva. Su mirada viaja de la cabeza a los pies y está claro que me está evaluando. Le devuelvo el gesto con una mirada de reproche y me sorprende con una carcajada.

—¿Qué es tan gracioso? —digo.

—Es que pensé que ibas a dar un poco más de miedo, eso es todo. Una bruja lo suficientemente poderosa como para devolver la vida a un niño y dar rodillas nuevas a un hombre tiene que ser más intimidante que esto. Eres una joven tan bonita y menuda —comenta.