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Capitulo 11: La Cueva

Zhou Zishu contempló la "Primavera Amarilla" antes de volver al camino por el que vino. El diablo da trabajo a las manos ociosas; todo el tiempo que holgazaneó con los Zhao aparentemente lo había hecho saltar aquí sin pensarlo. El patriarca de la secta Hua Shan no era un tipo honorable, pero su hijo era aún peor, ya que había cometido libertinaje a una edad tan temprana.

Además, todos eran luchadores errantes, para ellos ser atacados lo era todo en un aía de trabajo. Sin importar por qué Yu Tianjie fue asesinado, ya sea por su cabeza o por las joyas de su familia, no le preocupaba a Zhou Zishu en lo más mínimo.

Podría haber sido a causa de los cuentos fantasmales de Wen Kexing, pero de repente tuvo un mal presentimiento. La cueva subterránea tenía una atmósfera siniestra.

Zhou Zishu reflexionó; ya que sólo le quedaban dos años y medio, era mejor ayudar a los moribundos y heridos, aprovechando al máximo su tiempo para hacer el bien.

No para arrastrarse a una tumba con un hombre que no siempre estaba bien de la cabeza.

Pero cuando estaba siguiendo el camino de regreso, hubo un brusco ruido sordo, como un mecanismo que fue activado. Alrededor de la entrada, cientos de cuchillos de acero se extendieron desde la pared, bloqueando el paso.

Zhou Zishu tuvo la suerte de haberse retirado a tiempo, o de lo contrario habría sido atravesado.

Frunció el ceño, miró los cuchillos y luego a Wen Kexing: —¿A quién ofendiste?

Esa pregunta sorpresa dejó los ojos de Wen Kexing bien abiertos, parecía que estaba muy herido por esas palabras: —¿Por qué tendría que ofender a alguien para que esto suceda?

Zhou Zishu se burló y sacudió la cabeza. No tuvo más remedio que avanzar a lo largo de la "Primavera Amarilla"; era posible que pudiera encontrar otra salida en alguna parte.

—¿Estás diciendo que es a causa de mí y no de ti? Soy prácticamente un desconocido y llegué al jianghu recientemente. Nunca he cometido robo, lo único que he estado haciendo es viajar en paz. ¿Quién podría guardar rencor contra mí?

Wen Kexing guardó silencio, teniendo suficiente de las mentiras descaradas de su compañero. Después de un rato, habló con voz suave: —Escoltaste a Zhang Chengling; has matado a treinta y dos hombres en total en el camino, incluidos cuatro del tipo extremadamente peligroso, como Qin Song...

"Treinta y dos mi trasero, fueron once como máximo". Zhou Zishu respondió:—Aquellos en el santuario murieron bajo las manos de tu pequeña criada.

—Definitivamente es causa tuya —Wen Kexing extendió sus manos— Desde que salí de casa para unirme al jianghu, estas manos mías no han sido manchadas con sangre, ni siquiera con la de un pollo y mucho menos con la de un humano. ¿Cómo puede ser posible que haya ofendido a alguien?

Zhou Zishu esta vez no le dedicó una mirada.

Eso llevó a Wen Kexing a caminar más rápido y pararse frente al otro con una expresión exagerada de seriedad: —Puede ser difícil de creer por mi aspecto, pero juro que soy una buena persona.

Zhou Zishu asintió: —Por supuesto, señor buena persona Wen. Ahora que está claro que sólo soy un demonio asesino, es mejor que salgas de mi camino.

Wen Kexing pareció ignorar la naturaleza poco entusiasta de su respuesta, ya que aún mostraba una sonrisa cegadora: —Te dejaré una vez que admitas que llevas un disfraz.

Zhou Zishu le devolvió la sonrisa: —Qué generoso de tu parte.

—Por favor, no lo menciones.

Zhou Zishu pasó por un lado de él para avanzar.

Wen Kexing lo siguió a dos pasos de distancia, todavía sonriendo.

El agua del manantial fluía bastante rápido. Zhou Zishu pateó una roca allí abajo, pero no pudo ver la verdadera profundidad. Ésta se retorció y giró en un patrón complicado, también parecía haber peces, pero nadaban demasiado rápido para ser visibles.

Zhou Zishu no era bueno nadando, lo mejor que podía hacer era contener la respiración durante mucho tiempo bajo el agua para no morir muy pronto al saltar. Después de examinar, decidió que era mejor mantenerse alejado del agua.

La cueva parecía conectarse a muchos caminos en todas las direcciones, ya que el sonido de sus pasos y conversaciones podían viajar muy lejos en el aire. De repente, Zhou Zishu dejó de caminar. —Wen-xiong, mira.

Wen Kexing siguió su mirada hacia un montón de huesos que estaban no muy lejos.

Murmurando, dijo: —¿No debería el camino hacia la Primavera Amarilla estar bordeado de flores de equinoccio? Y a los muertos sólo les quedan sus almas, ¿Por qué hay huesos aquí?

Zhou Zishu sacudió los huesos. Sosteniendo una calavera medio destruida en una mano y una caja de cerillas en la otra, la midió cuidadosamente: —Esta calavera fue aplastada, la parte donde se conecta con la columna parece cortada... ¿Mn? No, la herida es desigual, hay marcas de dientes aquí. ¿Lo mordió un animal?

—¿Puede un animal morder la cabeza de alguien? —Wen Kexing preguntó.

Zhou Zishu recogió un hueso de muslo: —Marcas de dientes... Más marcas de dientes, son bastante pequeñas...

Fue golpeado por una sensación de familiaridad, como si las hubiera visto antes en alguna parte. Pero nunca había sido forense*, por lo que el recuerdo se le olvidó enseguida.

Wen Kexing sintió que se le revolvía un poco el estómago y le quitó el hueso de muslo a Zhou Zishu con sólo dos dedos: —Es... un trabajo bastante limpio el que tenemos aquí, incluso más limpio que yo royendo huesos de pollo —Dijo después de examinar.

Zhou Zishu decidió dejar de comer muslos de pollo a partir de ahora.

—¿Quién podría haber dejado tales mordiscos, puede ser una bestia salvaje? —Wen Kexing lo pensó por un momento— Escuché que en el Inframundo hay una bestia gigante llamada Di Ting*, ¿Sabes si le gusta o no la carne?

Estaba claro que todavía no había renunciado a sus historias de fantasmas.

Zhou Zishu esbozó una sonrisa falsa: —Sólo tienes que esperar a cumplir cien años y dejar este mundo para ir al Infierno y...

No pudo terminar ya que de pronto se escucharon sonidos de agua chapoteando detrás de ellos. En la oscuridad de la cueva, esos sonidos lograron ponerles los pelos de punta. Zhou Zishu y Wen Kexing se volvieron en esa dirección y retrocedieron un paso en dirección al pequeño río con la guardia en alto.

Wen Kexing habló lentamente: —También escuché que Di Ting no vive en la Primavera Amarilla y tampoco hay muchos ejemplares.

Fuera del río se arrastraron muchas... criaturas cuyo aspecto se asemejaba a la de un humano, pero al mismo tiempo no. Sus extremidades eran demasiado largas y su estatura era baja.

Estaban completamente desnudos, su carne era pálida por estar bajo el agua y tenían el pelo muy largo.

El ancho de su cuerpo era anormalmente grande, el doble o el triple que el de un humano normal. Sus ojos brillaban con una luz distante mientras se acercaban gradualmente.

Zhou Zishu miró hacia abajo y se mordió la muñeca, luego habló con Wen Kexing mientras miraba las débiles marcas de sus dientes: —Lo recuerdo ahora, esas pequeñas marcas son...

—¿Son que? —Wen Kexing preguntó mientras retrocedía.

—"Dientes humanos".

Wen Kexing se detuvo después de eso, tosiendo y arreglando su cabello y su ropa para dirigirles un saludo a los monstruos que se acercaban. —Mis... buenos hermanos, irrumpimos en este lugar por accidente, no teníamos la menor intención de ofenderlos, así que por favor...

Zhou Zishu resopló de una manera poco cariñosa. Los monstruos humanoides soltaron un aullido horrible antes de arrojarse hacia Wen Kexing.

Wen Kexing gritó indignado: —¡No he terminado!

En contraste, esquivó a los atacantes como una hoja danzante, moviéndose hacia un lado sin ningún esfuerzo.

Los reflejos y movimientos del monstruo eran rápidos, ya que inmediatamente cambiaron de dirección para perseguirlo con las garras extraídas y destellando. Dejó marcas en el suelo de aproximadamente dos pulgadas* de profundidad.

Zhou Zishu sonrió: —¿Qué tal, Wen-xiong? ¿Estás sin palabras?

El ataque de los monstruos comenzó oficialmente. Zhou Zishu no trataría a estos como humanos ya que definitivamente estaban lejos de serlo; su durabilidad era casi impenetrable y su poder destructivo era inmenso. También eran rápidos y no parecían experimentar dolor.

La mano de Zhou Zishu estaba en el pecho de uno de ellos, atacando con todas sus fuerzas. Una roca habría explotado después de ese movimiento, pero cuando el monstruo fue golpeado y chocó contra la pared, sólo chilló antes de volver a pararse.

Zhou Zishu estaba internamente inquieto, no lograba pensar en lo que realmente era esa cosa.

Escuchó un crujido a su lado. Resultó ser un atacante furtivo siendo atrapado por Wen Kexing, quien le rompió el cuello.

Wen Kexing sonrió: —Ahora te he salvado una vez.

Zhou Zishu también se dio cuenta que en contraste con su firme masa corporal, el cuello del monstruo era increíblemente frágil, a veces incapaz de sostener su cabeza.

Le sorprendió que Wen Kexing se percatara tan rápido. A pesar de eso, respondió con cortesía: —Gracias.

Otro monstruo les interrumpió. Zhou Zishu lo evadió, su codo se curvó para golpear la espalda de éste y sus dedos hicieron un movimiento de garras para torcer su cuello.

Hicieron un trabajo ligero derribando a algunos más. Al menos esas criaturas tenían un poco de intelecto, ya que después empezaron a temer no poder someter a sus presas.

Su líder aulló, lentamente regresaron al agua. Aleatoriamente, uno que otro tenía su cabeza sobre el agua, mirando a los dos anormalmente poderosos intrusos.

Zhou Zishu susurró: —Con su tamaño claramente pueden arrancarnos la cabeza de una mordida. No deberíamos quedarnos aquí por más tiempo, vámonos.

Wen Kexing respondió después de un episodio de silencio contemplativo: —Lo he resuelto.

Zhou Zishu supuso que había descubierto qué eran esos monstruos: —¿Qué has resuelto? —Preguntó sin pensar.

—La piel humana real se enrojece si la pellizcas, ya que no puedo descifrar tu disfraz, ¿Puedes dejar que te pellizque un poco la cara?

Zhou Zishu se alejó, sin molestarse en responder. Debía haber estado loco por haber tomado a esta persona en serio.

Wen Kexing lo siguió de cerca: —¿Finalmente te atrapé y por eso no quieres que te toque la cara? ¡Lo sabía, sabía que usabas algún tipo de truco! ¿Eres tan hermoso que temes que algunos desquiciados inmorales te persigan? No te preocupes, Zhou-xiong, soy una persona completamente justa y honorable, nunca te haré daño. Entonces, ¿Puedes dejarme ver tu verdadero rostro...?

Zhou Zishu hizo oídos sordos con una moderación increíble.

Pero entonces Wen Kexing cambió su tono: —Aunque tus habilidades no son una broma, no puedo pensar en nadie que pueda ser tan bueno. ¿Eres... del legendario Tian Chuang?

Zhou Zishu dejó de caminar. En la oscuridad de la cueva, la sonrisa de Wen Kexing parecía tener otro significado.

Pero Zhou Zishu levantó su dedo índice para detener al otro. Bajando su voz, dijo: —¿Puedes oírlo?

Se quedaron callados. En la parte más profunda de la cueva resonaron los rugidos de una bestia: —Es el que puede arrancarle la cabeza de una mordida a un humano.

Wen Kexing no tenía interés en esas bestias, sus ojos estaban fijos únicamente en Zhou Zishu.

El hombre no reaccionó a sus palabras anteriores en absoluto, se limitó a escuchar atentamente su entorno; sus ojos y expresiones nunca flaquearon.

Se pudo escuchar otro rugido, ahora mucho más fuerte, como si la bestia se hubiera acercado. Zhou Zishu vio a los monstruos bajo el agua encogidos de miedo.

Tiró de Wen Kexing y dieron un giro hacia otro sendero. Zhou Zishu sacó una pequeña botella, rociando algo en el camino.

Luego se escondieron en un rincón y contuvieron la respiración.

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[1] 仵作 (wǔzuò) es un término antiguo para llamar a los forenses.

[2] 谛听 (dìtīng) es una bestia mítica en el budismo bajo el control de Kṣitigarbha. Se dice que puede ver a través de todo y puede detectar los deseos más profundos en el corazón de las personas.

[3] 寸 (cùn) es una unidad tradicional de longitud, también llamada pulgada china. 1 cun es aproximadamente 1.312 pulgadas.

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