Li Zixia y Xie Yingying también estaban confundidas.
Porque ambas lo habían presenciado con sus propios ojos. Después de que alguien tocara a la puerta, la cara sonriente de Lin Jing se tornó seria instantáneamente y volvió a tener una actitud imponente. ¡La velocidad con la que cambió su expresión facial fue más rápida que voltear un libro!
Sin embargo, ya no les causaba temor. Incluso había un atisbo de alegría en sus ojos.
Justo ahora, cuando Lin Jing les preguntó si Xue Xi había sido acosada en la escuela, ambas ya habían contado sobre las recientes acciones de Gu Yunqing.
Lin Jing golpeó el sofá con rabia.
Por eso, ahora miraba a Gu Yunqing aún con más ferocidad.
El director tartamudeó y preguntó —Señora, ¿qué sucede? ¿Estos estudiantes no son de su agrado? ¿Debo cambiar algunos por usted?—. Al final, decidió aliarse con el general.
Era por el bien de Xue Xi.
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