Segunda Parte de Rompelímites (b)

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Roy miró al hombre calvo con la mirada más sincera que pudo y dijo:

—Estoy seguro de que he aprendido el método de circulación de aura que me enseñaste.

—¿Estás seguro? —preguntó Arlo de nuevo.

—Mm-hmm —Roy expresó su confirmación.

Arlo miró al cielo, sintiendo que este mundo era demasiado injusto para los mortales como él.

La primera parte de la Técnica Rompelímites era ridículamente compleja.

Para que funcionara, tenías que crear un ciclo interminable de circulación de aura en el cuerpo.

Se podía lograr inyectando aura en catorce arterias principales, luego dirigiendo el aura desde allí a innumerables capilares, luego redirigiendo el aura de los capilares a las venas que llevarían el aura de vuelta a las catorce arterias principales, y luego repitiendo este proceso una y otra vez.

Arlo tardó tres días en aprenderlo, incluso con la guía de su padre.

No era porque fuese tonto o su padre fuese mal maestro.

Esta era la parte más desafiante de la técnica para memorizar.