Artesanía

Usar el <Ojo Analítico> fue lo primero que hizo Klaus cuando vio a los monstruos en la grieta sobre la entrada de la montaña.

—Mierda, esos monstruos son fuertes. ¿Dijiste que hay unas pocas docenas, verdad? —preguntó Klaus a la mujer-herrera.

—Sí, pero no pude pasar de donde estamos ahora. Esas cosas me dan demasiado miedo... —respondió ella.

Ambos se escondían detrás del tronco de un árbol caído.

Al escuchar la respuesta de Therkara, Klaus la miró con una cara de confusión. La mujer-herrera no parecía una damisela en apuros, ni remotamente, para decir lo mínimo. Su brazo fuerte, piernas gruesas y estatura eran muy similares a lo que uno esperaría de la apariencia de un guerrero.

Tal era la duda del novato sobre este temor, incluso con tanta fuerza, que pronto se sintió obligado a preguntar sobre ello.

—¿No eres fuerte? Quiero decir, a mí me pareciste muy hábil persiguiéndome a través del bosque, y cuando me alcanzaste ni siquiera parecías cansada, por eso pregunto —dijo Klaus.

—Es una pregunta justa, pero me temo decir que no soy tan fuerte como parezco. Obviamente puedo correr bastante, pero solo porque he entrenado mucho mi aliento desde niña, soplando abanicos de aire —Therkara no parecía molesta al responder.

—¿Y tus músculos son densos por usar el martillo para forjar, cierto? Está bien, ahora entiendo tu motivo —concluyó Klaus.

Aunque la pantalla de estado de la dama herrera mostraba que la mayoría de sus atributos físicos eran buenos para alguien de nivel ocho, Klaus no quería replicarle ni obligarla a luchar.

—De todos modos, necesitarás entrar conmigo, porque yo no conozco el lugar —continuó Klaus.

La mujer ni siquiera parecía dudar ante su demanda. —Por supuesto, entraré contigo, pero primero tenemos que pensar en una forma de lidiar con esas Arañas-escorpión que están en la entrada —expresó Therkara.

—Tienes razón, pero dame un minuto y lo resolveré —dijo Klaus y deslizó su dedo en el aire.

En la visión de la dama herrera, Klaus comenzó a mover sus dedos en el aire y mirando al suelo como si realmente estuviera pensando. Sin embargo, Klaus estaba manipulando la interfaz del juego, el sistema.

—Todo lo que tengo en mi inventario es... —murmuró Klaus para sí.

—Inventario del Jugador. —Flechas Huko (4x). —Arco Viejo (x1). —Túnica de Cuero Azul Viejo (x1). —Piedra de Fuego I (1x). —Daga Rota (1x). —Pan de Trigo (1x). —Cantimplora de Principiante (1x). —Plumas Negras Reforzadas (4x). —Plumas Negras Normales (10x). —Carne de Buitre Negro (2x)].

Definitivamente, ninguno de los artículos en el inventario de Klaus eran artículos ideales para usar al entrar a la casa de docenas de Arañas-escorpión. Aún así, a él no le importaba enfrentar retos así, porque la verdadera diversión de cualquier juego MMORPG en sus inicios no es fortalecerse gradualmente sino la emoción de luchar contra algo que lógicamente está por encima de tu nivel.

—Está bien, tengo una idea —Con una expresión seria, Klaus miró a los monstruos en la pared y declaró.

—¿Y cuál es tu idea? —preguntó Therkara, frunciendo el ceño.

El hombre de cabellos negros no respondió al principio, pareciendo demasiado ocupado con sus pensamientos.

—Ese anuncio de Rise Online que vi ayer en Times Square presumía de la amplitud de ese juego, ¿no? Hora de poner eso a prueba —pensó.

Klaus Park arrancó unas filas de madera del tronco a su lado con sus propias manos. Y ya que no tenía ningún tipo de cuerda, hilo o bramante normal, tuvo que conformarse con tocar y arrancar unas telarañas viscosas de los árboles cercanos.

[Acabas de recolectar 5 'Palos de Madera'].

[Acabas de recolectar 9 'Telarañas de Araña'].

Poco después, hizo clic en el ícono de Plumas Negras Normales en su inventario, y las plumas aparecieron de la nada frente a él, lo que hizo que los ojos de Therkara se desorbitaran.

—Ahora, era hora de juntarlo todo —Klaus pronunció.

En el acto, el novato comenzó a atar dos Plumas Negras a un extremo del palo envuelto en telaraña, y luego hizo clic en el ícono de Piedra de Fuego en su inventario. De repente, una pequeña piedra roja, de aspecto casi cristalino, apareció en el aire y cayó en la mano derecha del novato.

—¡Ay, ay, ay! ¡Eso está caliente! —expresó y, sin pensarlo, comenzó a hacer malabares con la piedra, que quemaba cada vez que tocaba su piel.

Therkara Ironstone atrapó la Piedra de Fuego en el aire con las puntas de los dedos y dijo:

—¡Oh, una Piedra de Fuego! Parece que han pasado décadas desde que vi una. Los herreros más jóvenes de mi aldea solían usar estas piedras para calentar el acero. No sabían cómo equilibrar la temperatura de la manera correcta, así que esta fue la forma en que encontramos para ayudarlos a seguir forjando a altas temperaturas pero sin el fuego.

La mujer herrera sostenía la piedra roja caliente como si fuera algo natural.

—Kaizen, quieres hacer una flecha usando esta pequeña Piedra de Fuego como punta, ¿no es así? Pero deberías saber que tan pronto esta piedra toque la punta de la flecha, comenzará a arder rápidamente.

—Eso no es un problema. No voy a usar esa flecha para atacar a los monstruos —respondió él.

Therkara tuvo ganas de preguntar sobre lo que estaba pensando hacer, pero no había tiempo que perder, así que tendría que confiar en su plan.

—Está bien. Ya que mi piel está acostumbrada a altas temperaturas, sostendré la Piedra de Fuego y tú la ensamblarás con el resto. Luego tira eso tan rápido como puedas —dijo directamente al hombre.

—De acuerdo. A tu cuenta, empezaré.

Hacía tiempo que Therkara Ironstone no montaba una flecha; por esa razón, su corazón latía con emoción. Sostenía con fuerza la forma casi puntiaguda de la Piedra de Fuego y habló:

—Uno, dos, tres... Puedes comenzar.

—Klaus sostenía el hilo de telaraña de araña por un extremo, y esto le ayudó a mover esa cosa viscosa con maestría alrededor del palo. Así, pronto llegó a la parte de la Piedra de Fuego, donde necesitaba ser mucho más rápido. Los hilos comenzaron a quemarse cuando entraron en contacto con la Piedra de Fuego, pero no se derritieron al instante como el novato había imaginado.

Al final, Klaus solo pudo respirar cuando una pantalla de advertencia del sistema apareció ante él.

—[¡Felicidades! Has creado tu primer artículo, una 'Flecha Podrida en Llamas'].

—Para no desperdiciar ni un segundo, Klaus Park tomó el eje de la flecha y la posicionó en la cuerda del arco. Esta flecha era definitivamente más extraña que cualquier otra hecha por un novato, por lo que se esperaba que su vuelo fuera totalmente torcido y que ni siquiera hubiera estabilización; sin embargo, dado que sería disparada por ese Arco Viejo, de todos modos no iría por el camino correcto.

—En el momento en que Klaus soltó la cuerda del arco, la flecha voló alto y hacia la izquierda, yendo en una dirección diferente de donde estaban las arañas.

—Justo cuando la mujer herrera estaba a punto de cuestionar al arquero por qué había disparado la flecha en esa dirección, la Flecha Podrida en Llamas cambió de trayectoria hacia la derecha en el aire. Entonces Therkara recordó la habilidad de Klaus de mover las flechas sin tener que tocarlas.

—Therkara miró a Klaus para felicitarlo porque si la flecha seguía esta trayectoria, sin duda golpearía a las Arañas-escorpión. Sin embargo, Klaus no parecía complacido, de hecho, se veía extrañamente enojado.

—¡Ah, maldito arco! ¿Por qué cambiaste la jodida trayectoria otra vez?!" Estaba ondeando el arco viejo, que parecía que podría romperse en cualquier momento. 'Maldición, ¿por qué tengo que usar mi MP para casi todo?'

—De mal humor, Klaus Park usó <Telequinesis> para dirigir la flecha hacia la trayectoria deseada, y ya que la punta de la flecha era una Piedra de Fuego, el singular resplandor rojo de esta pequeña piedra atraía la atención en el cielo vacío.

—Las cinco Arañas-Escorpión, que estaban afuera, comenzaron rápidamente a bajar por las paredes de la montaña y a caminar hacia el extremo derecho de su guarida, dentro de los Bosques Nublados, donde había caído el resplandor extraño.

—Los monstruos venenosos suelen ser extremadamente territoriales, y Klaus ni siquiera sabía esto cuando tuvo la idea de alejarlos de la puerta. Simplemente confió en su instinto y lógica básica.

...

—Editado por: DrHitsuji

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