Ojos de Dios

La risa continuaba resonando en la mente de Raze, pero las palabras que habían salido de su boca podían ser escuchadas por todos. Viendo lo que le sucedió a Safa, tanto Liam como Simyón sintieron que él había sido un poco insensible en su reacción, solo reaccionando al final, y ahora estaba gritando palabras.

—¡Cállate! —Raze gritó de nuevo—. ¿Me estás burlando porque no pude salvar a la gente en aquel entonces? ¿Crees que va a pasar lo mismo otra vez?

Pensándolo bien, Raze recordó haber leído algunos libros de medicina. Lo que algunos magos habían hecho en ciertas situaciones. Se arrodilló sobre sus rodillas, extendidas a cada lado de ella, y luego levantó ambas manos.

Pronto, sus ojos comenzaron a brillar de un azul claro y luego, subiendo y bajando por su brazo, su magia se activó, pero no era un tipo de magia que los demás hubieran visto antes. De su ropa salían pequeñas chispas azules que iban en diferentes direcciones.