Si vivieran en un mundo ordinario (2)

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Confinado en su cama como paciente, Jonathan no podía ir a ningún lado, forzado a solo estar acostado. Sin saber cuántas horas después de la cirugía, Zebulon se acercó para decir que su turno había terminado y vino a hacer compañía a Jonathan.

—¿Ya puedo comer? —preguntó Jonathan.

—No —respondió Zebulon sin piedad—. Solo puedes tomar un poco de agua. En unas horas, podrás comer, pero solo alimentos fácilmente digeribles como gachas de mijo y leche.

—¿Puedo sentarme? —preguntó de nuevo Jonathan.

Zebulon le lanzó una mirada —¡Obedece y quédate quieto!

La tarde transcurría lentamente, y Jonathan raramente había experimentado un tiempo tan insoportable. Estar inmóvil en la cama era demasiado desagradable e insufrible. Después de obtener superpoderes, se recuperaba tan rápido como un relámpago cada vez que se lesionaba. Raramente experimentaba la sensación de ser un paciente.

Zebulon le dio a Jonathan un poco de agua y luego comenzó a jugar con su teléfono a su lado.