—¡AAAAHHH!
Nick se levantó.
—¡Basta ya! La alarma aún no ha sonado, ¡pero ya estoy harto de esta maldita cosa! —pensó Nick.
—No sé cuánto tiempo he estado aquí dentro, ¡pero ha sido suficiente!
—Oye, oye, oye, ¿a dónde vas? ¿No puedes quedarte un poquito más? —habló la voz de un niño nervioso.
Nick la ignoró y buscó la salida.
En su lugar, tocó un montón de baba, que bloqueaba su camino.
—Vamos, quédate un poco más —dijo la triste voz de un hombre grande.
Nick buscó cómo pasar por encima de la baba, pero la baba parecía moverse con él, impidiéndole llegar a la entrada.
Después de aproximadamente un minuto de intentar, Nick dejó de moverse.
Quería advertir al Molesto, pero eso solo provocaría un ataque.
Ironicamente, atacarlo tenía menos probabilidades de provocar un ataque que hablarle.
Nick respiró hondo.
Luego, movió su brazo hacia la baba con mucha fuerza.
—¡Oye, cuidado! ¡Me llevó horas dejarlo bien! —gritó la voz de una mujer disgustada.
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