Siguiendo a Lady Caroline, Elisa no perdió un paso detrás de la mujer mientras miraba alrededor. Por ahora, no podía ver nada que tuviera importancia, como objetos que pensó que vería esparcidos. En cambio, había jarrones sin flores, lo cual era extraño por su propia razón.
—¿Este lugar ya es el subterráneo? —preguntó Elisa a Lady Caroline, quien había sacado su larga pipa para fumar.
—No completamente desde donde entraste por la puerta, eso es el subterráneo —entonces Lady Caroline hizo un gesto con la mano y Elisa se paró junto a la mujer, ya que también fue llamada. —Debes estar preguntándote dónde están guardados los objetos, ¿no es así?
—Si me permitieras ver el lugar —respondió Elisa y la mujer soltó una risita.
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